viernes, 21 de noviembre de 2014

Confesiones

Yo te estaba esperando.
Más allá del invierno, en el cincuenta y ocho,
de la letra sin pulso y el verano
de mi primera carta,
por los pasillos lejos y el examen,
a través de los libros, de las tardes de futbol,
de la flor que no quiso convertirse en almohada,
por debajo de todo lo que amé,
yo te estaba esperando.
Yo te estoy esperando.
Por detrás de las noches y la calles,
de las hojas pisadas
y de las obras públicas
y de los comentarios de la gente,
por encima de todo lo que soy,
de algunos restaurantes a los que ya no vamos,
con más prisa que el tiempo que me huye,
más cerca de la luz y de la tierra,
yo te estoy esperando.
Y seguiré esperando.
Como los amarillos del otoño,
todavía palabra de amor ante el silencio,
cuando la piel se apague,
cuando el amor se abrace con la muerte
y se pongan más serias nuestras fotografías,
sobre el acantilado del recuerdo,
después que mi memoria se convierta en arena,
por detrás de la última mentira,
yo seguiré esperando.

Luis García Montero
Carole Spandau

4 comentarios:

Rosa dijo...

¡Qué bonito! Me quedo sin paseo, pero me encanta venir.

La imagen no la conocía, el colorido es precioso.

Un beso, Beatriz. ¡Gracias!

eva dijo...

Precioso regalo para un domingo de tonos grises y lluvioso ; qué explosión de colorido!!! me ha iluminado y confortado el alma esta mañana

El poema... sin palabras.

Gracias Beatriz, buen domingo.

eva

Ana dijo...

Esperar. Cuánto se empeña este domingo gris en mostrar que mil vidas no serían suficientes para aprender.

Beatrice dijo...

Estas Confesiones ya habían aparecido por acá, pero es tan bello el poema que lo vuelvo a traer y mi amigas me lo confirman.

Abrazos a las tres.

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