Me levanté
a beber un vaso de agua
Y allí,
a las tres de la madrugada,
con la vista clavada en el suelo
y el sonido de la nevera
como música de fondo,
sólo Dios sabrá por qué
decidí hacer balance de mi vida.
Tuve suerte: el sueño
llegó enseguida.
Karmelo Iribarren
Giarrano
Giarrano
6 comentarios:
Ya, qué "amoroso" es Dios...siempre atento...
Un beso, Beatriz. ¡Gracias!
Que suerte que fue un balance corto, y el sueño llegó luego
Un abrazo. Beatriz
"... con el sonido del frigorifico de fondo..."
Qué suerte que el sueño llegó pronto, mejor dormir y mañana será otro día.
eva
Los sueños nos llevan y nos traen, Dentro de nosotros está cuanto somos y seremos.
Gracias a Dios yo no despierto en toda la noche.
Me gusta pensar que Karmelo el 3, y haciendo balances, conlleva una dedicatoria secreta...
Un beso!
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