Perderse cada tarde
en los pliegues de tu falda
para despertar
cada mañana
en el mismo camino
a ninguna parte
meciendo juntos
esta tristeza
que nos inunda
el sexo
ungüento inútil
que se desvanece
ante la epidemia
de soledad
que invade
el lecho
de los viejos amantes.
Autor: Javier Solé
Gracias Javier.
Gracias Javier.
3 comentarios:
Demoledor
Tremendamente demoledor.
Triste, el vacío hecho realidad.
Gracias, Beatriz. Es verdad que no es muy alegre. Pero, a veces, en alguna lectura le encuentro un atisbo de dulzura que hace más soportable la desolación que expresa y la desazón que transmite. Aunque, ciertamente, es una dulzura insignificante y que no persiste...
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