en los cafés de Lérrevu Asfer te vi
un abrigo rojo declaraban tus manos
detrás de ti una torre se movía
iban tus zapatos como ahuyentando puertos
para quitarme de los ojos tu rubí
arrojé vino holandés en mis párpados
el porteur miró con pupilas de vicio el aire
era octubre en la lluvia apenas interferida
tú volabas los sombreros de los escaparates
abollabas con tu perfume el capot de los coches
en los cafés te vi como en un teatro vulgar
adormecer el mundo con venenos de luz
terrible visión para un condenado al hambre.
Jacques Zemidell
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