Dispusimos el cuello
como quien mira pájaros.
Un filo descendió
justo hacia
la amapola de amor
que habíamos tragado.
No cerramos
los ojos
tú rozaste mi herida
hasta la aurora.
Ada Salas
blog de rescate de la historia familiar, de la patagonia, vivencias, recuerdos, arte y poesía
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