lunes, 10 de abril de 2017

Solo las brujas malas son feas


No he llenado un barreño de recuerdos

para que vengas tú a vaciarlo
con la cuchara hambrienta del olvido.
Comprende que son muchas las baldosas
amarillas pisadas hasta aquí
y pocas son en cambio las que quedan,
aunque esas no las pisen ya tus pies,
descalzos de chapines y de sueños.

No llegamos a Oz para perderlo.
Tú puedes irte lejos cuanto quieras,

pero ésta que aquí queda es más que tú,
es la esencia de ti que yo he robado.
Por mí puedes marcharte en este instante,
volver de nuevo a Kansas o a Bagdag
o a casa en el tablero del parchís:
ya es otra quien gobierna con tu nombre
en el país secreto en que la magia
consiste en creer que todo es posible
todavía, aunque ya nadie pronuncie
las mágicas palabras del hechizo.
Saber que todo ha sido y seguirá
siendo una y otra vez el mismo cuento
del que ya nuncanunca se regresa,
dentro del corazón inoxidable
de tu hombre parasiempre  de hojalata.

Alfonso Brezmes

1 comentario:

Ana dijo...

Es el Genio.
Qué contrariedad ¿No había un genio en Oz?
Pues rectifico, no el genio sino un genio, Brezmes.
:)

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