No solo el hoy fragante de tus ojos amo
sino a la niña oculta que allá dentro
mira la vastedad del mundo con redondo azoro,
y amo a la extraña gris que me recuerda
en un rincón del tiempo que el invierno ampara.
La multitud de ti, la fuga de tus horas,
amo tus mil imágenes en vuelo
como un bando de pájaros salvajes.
No solo tu domingo breve de delicias
sino también un viernes trágico, quien sabe,
y un sábado de triunfos y de glorias
que no veré yo nunca, pero alabo.
Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas,
colman mi corazón, y en paz las amo.
Eliseo Diego
4 comentarios:
Ay, Dios, Beatriz, qué deleite todo lo que dejas.
Y Rosillo, y todo ...
Leo y se expande el corazón.
Un beso, muchos besos, querida Beatriz.
Somos tantas en una...Y las que dejamos de explorar y evitamos que se manifiesten.
eva
En un libro de autoayuda, tan vendidos en estos tiempos, tan de moda la psicología, no debería faltar algo así. Estar tan reconciliada con todas sus "ellas", consigo misma, de este modo sublime.
Conocemos a la guapa niña.
:)
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