lunes, 22 de mayo de 2017

Lloró por todo...



Lloró por todo lo que no podía volver a suceder. 
Lloró por su madre haciendo buñuelos de patata. 
Lloró por ella podando los rosales del jardín. 
Lloró por su padre gritando.
 Lloró por el triángulo de vello 
entre las piernas de Suzanne, la maestra.
 Lloró por el olor de una mujer planchando sábanas.
 Lloró por el puchero de mermelada 
borboteando sobre el fogón. 
Lloró porque no podía dejar la granja ni un solo día. 
Lloró por la granja en la que no había niños.
 Lloró por el sonido de la lluvia 
cayendo sobre las hojas de ruibarbo 
y por su padre vociferando: ¡escucha eso! 
Eso es lo que echas de menos
 cuando vas durante meses a trabajar fuera,
 y cuando vuelves en la primavera
 y oyes ese sonido te dices: 
¡gracias a Dios, ya estoy en casa!
 Lloró por el heno que quedaba por segar todavía.
 Lloró por los cuarenta y cuatro años que habían pasado
 y lloró por él mismo.
John Berger,

1 comentario:

eva dijo...

Qué bello poema!!!

eva

Related Posts with Thumbnails