La ví en un tranvía de Broadway
la mujer en que posiblemente me convertiré;
noté que mi amante la miraba
y de pronto se volvía hacia mí.
Su cabello sin brillo no atraía luz.
Y sin embargo, su color era como el mío;
sus ojos se parecían extrañamente a los míos
a pesar de que el amor nunca los había hecho brillar.
Su cuerpo era algo que había ido adelgazando,
hambriento del amor que nunca llegó;
su alma congelada en la oscuridad
olvidada para siempre por la llama del amor.
Noté que mi amante la miraba
de pronto se volvía hacia mí,
sus ojos eran la magia para desafiar
a la mujer que jamás seré.
Sara Teasdale
Traducción: Hilario Barrero
Pintura: Paul Fischer