Nunca pensé que sería tan bello dejarme ir.
Tampoco imaginé que dolería tanto.
Pero la brisa continúa merodeando los molinos
y la belleza rinde aún las voluntades a su paso.
Lo demás. Todo. Una ficción que hila imposibles.
El mar, la sierra, la distancia,
este jardín.
Marialuz Albuja Bayas
Astrup
2 comentarios:
Las noches de domingo no acaban mal si paso por Sureando
Las mías tampoco....si me visitan los pocos lectores de blog que van quedando y si escribo, y si leo y...
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