lunes, 15 de julio de 2019

Rechazar la angustia...



Rechazar la angustia es suicidar el corazón.
Cuando yo me angustio, me angustio hasta la raíz del cabello ¿no piensa conmigo que las cosas hay que afrontarlas? Si para Usted el problema de Dios, de la muerte, existen, entonces no debe ni puede darles la espalda. Usted debe vivir esos problemas.

Afróntelo, yo lo he hecho y lo hago.
A veces es él quien me vence a mí, y yo escribo cosas desesperadas (y desesperantes), a veces yo venzo el problema, y entonces escribo poemas sobre los ángeles.
Lo horrible, lo aplastante es abandonar el problema y considerarse satisfecho con los pequeños reiterados acontecimientos cotidianos.
A mí me parece que es como renunciar a la dignidad misma del ser humano; quitarles el espíritu y el corazón como si fueran túnicas gastadas...

Mayo de 1940, Chivilcoy
Cortazar en correspondencia con Mercedes Arias

sábado, 13 de julio de 2019

Viajes



Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.
Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de «Alegría de los famas».
Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: «La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad.» Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a ver porque ellas no se molestan.

Cortázar

sábado, 6 de julio de 2019

El poema


El poema
está presente en todas partes
un salvavidas que socorre
nuestra alegría a punto de ahogarse
y en la mano fría del dolor
coloca una joya que da el color de un recuerdo
El poema es nuestro tercer pulmón
dador de vida.

María Wine
Tarahteeff

lunes, 1 de julio de 2019

La vida




«El aspecto más precioso de la vida 
es su incertidumbre». 
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