Las casitas de madera de Natales están esparcidas desde la playa a los cerros,
en forma ordenada, con coquetería.
Sus fachadas son grises y los techos rojos, con largas chimeneas,
cercos de piquetes y aceras angostas, con soleras de gruesas tablas,
blanqueadas por el sol y la lluvia.
El pueblo está a orillas de un canal de aguas generalmente bonancibles,
El pueblo está a orillas de un canal de aguas generalmente bonancibles,
pero que a veces se torna tempestuoso.
Al frente de la población se divisa una hermosa península,
con bosques y montañas, moles remotas y azules,
que resaltan como pintoresco marco alrededor del caserío.
En la bahía se mecen los barquitos de los pescadores
En la bahía se mecen los barquitos de los pescadores
y de los cazadores de nutrias,
atados a los muelles, de altos pilotes barbudos de la lamilla.
A veces llegan vapores de ultramar a buscar los productos
de las estancias y del frigorífico.
Sobre sus gruesos cabos tendidos a la costa,
se posan los pájaros del mar,
cuando se detienen en sus vuelos migratorios
Primavera en Natales,
Primavera en Natales,
Osvaldo Wegmann
4 comentarios:
Yo creo que Natales es uno de los lugares más lindos del mundo.
¡Sintonía total Bea!
Preciosos libro el de Osvaldo Wegmann. Me encantaría conocer Puerto Natales y siempre que lo he intentado no puedo hacerlo. Gracias por este fragmento que retrata a una ciudad de la Patagonia. Un abrazo.
Siempre preséntandome poetas y sabes que me gusta mucho tu selección.
Besos
Una hermosa pincelada de la niñez....
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