No se puede prever.
Sucede siempre
cuando menos lo esperas.
Puede pasar que vayas
por la calle, deprisa,
porque se te hace tarde
para echar una carta en correos, o
que te encuentres en tu casa por la noche,
leyendo un libro que no acaba de convencerte;
puede acontecer también que sea verano
y que te hayas sentado en la terraza de
una cafetería, o que sea invierno
y llueva y te duelan los huesos
que estés triste o cansado,
que tengas treinta años o que tengas sesenta.
Resulta imprevisible. Nunca sabes
cuándo ni cómo ocurrirá.
Transcurre tu vida igual que ayer,
común y cotidiana.
"Un día más", te dices.
Y de pronto,se desata una luz poderosísima
en tu interior, y dejas de ser
el hombre que eras hace sólo un momento
El mundo, ahora,es para ti distinto.
Se dilata mágicamente el tiempo,
como en aquellos días tan largos de la infancia,
y respiras al margen de su oscuro fluir y de su daño
Praderas del presente, por las que vagas libre
de cuidados y culpas.
Una acuidad insólita te habita el ser:
todo está claro, todo ocupa su lugar
todo coincide, y tú,
sin lucha, lo comprendes.
Tal vez dura un instante el milagro;
después las cosas vuelven
a ser como eran antes de que esa luz
te diera tanta verdad, tanta misericordia.
Mas te sientes conforme, limpio,
feliz, salvado,lleno de gratitud.
Y cantas, cantas.
Eloy Sánchez Rosillo
Pintura: Hopper