24. LOS PUENTES DE LA MEMORIA “Estaba aquí sabiéndose parte de un develado
por sus mayores, y desvelado en su futuro”.
-
Desde su silencio nos escucha Eduardo Van Aken. Nos mira, los lee, nos
contempla, nos analiza. Pocas veces opina, guarda el estilo de ciertos
fueguin...
Hace 4 horas.
4 comentarios:
"...hasta que el musgo
alcanzó nuestros labios
y cubrió nuestros nombres."
¡Que no murieran con ellos la belleza y la verdad! Son la esencia de la vida, el único legado digno de ser transmitido. Qué efimera utopía es la confianza en que así sea.
En los abismos del desencanto crece el musgo también.
Gracias Beatriz por mostrar la belleza y verdad, que bueno que te conocí es un placer venir a tu blog.
Un abrazo grande
El día que no encuentre belleza en este blog te aviso. Es más sencillo eso que intentarte decir cómo me han gustado estas letras que no sólo son sabias. Además son bellas.
Para hacer una pradera se necesita un trebol y una abeja
Para hacer una pradera
se necesita un trébol y una abeja.
Un trébol y una abeja
y el ensueño.
Si las abejas y el trebol escasean,
basta el ensueño.
Publicar un comentario