lunes, 21 de septiembre de 2009

Los afectos


"Los afectos nos impiden emprender grandes empresas,
nos atan a un lugar de la tierra,

si no físicamente, sí en espíritu.

Y después, al final,
la vida ha terminado
y no hemos realizado
ninguna
de aquellas grandes cosas

que nuestra imaginación
en algún momento
nos había llevado a suponer que haríamos”.



Margaret Fountaine acá
Pintura: Pino. Longevity

9 comentarios:

Jesús Aparicio González dijo...

El apego excesivo a las cosas y a las personas es verdad que nos limita, pero los afectos sinceros son un estímulo para vivir.

Mi blog
http://jesusapariciogonzalez.blogspot.com/

Pilar en Córdoba dijo...

la imagen de la viejecita....

es realmente triste llegar a viejita y acordarse de los sueños sin cumplir...

muy triste sentir que el sacrificio por esos afectos no ha merecido la pena...

pero las más de las veces no se elige, el amor nos viene y el sacrificio nos sale del alma¡¡¡

tampoco valen nada cumplir los sueños si no se tiene con quién compartir ese gusto.

besos

Elvira dijo...

¡Qué expresiva la cara y las manos de la viejita! Parece decir algo así como "ya me da igual todo, estoy muy cansada".

La pena es cuando te quedas solo sin los afectos ni los sueños cumplidos. Porque muchos de nuestros seres queridos se van (los mayores se mueren, los jóvenes parten a hacer su vida). Es importante tener afectos de nuestra propia generación e ilusiones, aunque sean pequeñas, por cumplir.

Besos

Odel dijo...

Te ha quedado preciosa la entrada ,el toque del cuadro de la viejecita le da un punto.

un abril encantado dijo...

Beatriz gracias a ti y a Odel yo he vuelto a soñar con "mariposas"...Lourdes

Fer dijo...

Con permiso, muy de acuerdo con Jesús.

Saludos.

Ana dijo...

Pues también estoy de acuerdo con Jesús y Sallopilig Ref.

Beatrice dijo...

De acuerdo con todos, pero Elvira tiene razón, hay que buscar afectos de la misma generación para avanzar juntos y unir las ilusiones, medio difícil, pero hay que intentarlo.
Esta entrada me la motiva mi hija que quiere regresar al lugar de donde salió la familia -los inmigrantes- para buscar mejores oportunidades de vida como lo hicieron los abuelos: volver al origen, al otro lado del "charco".
Debo dejarla volar....

Elvira dijo...

Sí, hay que dejarlos volar (e incluso poner gasolina en el depósito para echar una mano :-)). Mi única hija trabaja bien lejos, en Camboya.

Un beso a la madre y otro a la hija

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