Un breve instante se cruzaron
tu mirada y la mía.
Y supe de repente
-no sé si tú también-
que en un tiempo
sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos
se habían encontrado,
y esto de ahora
no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.
Meira Delmar
Pintura: M. Briks
10 comentarios:
Qué sería del amor sin la mirada? Me pregunto cómo se amarán los privados de la vista, ese sentido que nos permite en un segundo adivinar (o extrañar) mil caricias, mil encuentros, mil palabras.
Las letras exquisitas y la pintura, una belleza.
Un beso Beatriz!
Yo creo que los privados de vista, Dios les regala los otros sentidos potenciados, el tacto, el olfato, el oído, el gusto, con ellos se pueden lograr maravillas...
Claro, que yo no cambiaría la vista por ninguno de ellos.
Gracias Marcelo por tu visita.
Beatriz
Descurbir que se puede mirar sin ojos, con los recursos que el cerebro nos sorprende, pero mirar más adentro aún de lo que la vista nos lleva. Bueno, tal vez sea así.
Percibir el retorno de la ola puede describirse ya científicamente.
Mar, mucho mar, amigos. Me gusta charlar con vosotros.
Es un poema casi de sábado, Beatriz. La Navidad, tal vez la cantidad de luz o soplar dientes de león cobijan domingos diferentes
¡Qué así sea Ana!
Necesito cobijar domingos diferentes.
La vida se ha vuelto "cuesta abajo" y eso no es bueno ni hermoso.
Por eso vengo a este sitio y abro una ventana de luz y soplo dientes de león y hago mandas e imploro.
Un abrazo
Beautiful!!!
Gracias Agnicy.
Lovely soft painting...
Hay amores que se encuentran y que saben que la chispa es la misma que brilló en el ojo juvenil solo que ahora lo hace en el globo ocular envejecido.
Quizás esa pupila ni el deterioro de los años vea.....
Yo creo que nunca es la misma chispa...si me encontrara con un viejo amor, correría a esconderme, todo tiene su tiempo.
Gracias Susan.
Por que te vas a esconder?si quizás el muchacho mayor esté de "rechupete".
Y tú estés dando las "doce antes de tiempo".
Mi madre ,ya viuda ,se encontrò con un viejo amor.
Siempre ella ponderaba sus ojos.
Y me consta que eran muy expresivos los de este muchacho.
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