Era buena la Vida:
Había rosas.
Unos minutos antes me había sonreído un niño…
Pasó volando y me rozó la frente.
No sé por dónde vino
ni por dónde se perdió luego pálida y ligera…
No recuerdo la fecha.
No sabría decir de qué color era ni de qué forma;
no sabría, de veras, decir nada.
Pasó volando… Había muchas rosas…
Y era buena la Vida todavía…
Dulce María Loynaz
Pintura: Gerhartz
7 comentarios:
Me encanta este poema, sencillo, directo al corazon y al alma.
Una delicia
Se van tan delicioso, tan plácido...la sencillez de una sonrisa no tiene precio...
Me asusta Dulce María cuando dice: "Y era la buena Vida todavía..."
Tener presente que todo puede cambiar, desaparecer, que hay que vivir el momento y olvidar la duda de mañana ¿Es eso posible?
Creo haber escuchado en el ritmo del poema la felicidad mutable.
Un abrazo.
Yo también Ana, yo también percibo lo mismo en este poema, la felicidad que cambia, se vuelve rutina, abandono,soledad, dolor...
Es terrible ese sentimiento de que todo pasa, todo acaba.
Jesús parece que lo percibe de otra manera, más dulce, como la misma Dulce María.
Gracias por comentar.
Beatriz
Se ve tan delicioso, quería decir.
Perdón
Para mí fue travesura de un ángel.
Calidez y calma inspira esta lectura.
Saludos argentinos.
Querida amiga, es cierto, todo pasa y cuando el invierno congela la tierra y aparentemente no queda nada, un día abres la ventana y ves que otra primavera florida ha llegado,para iluminar otra vez nuestro camino...
Un gran abrazo
Isthar
Que bonito poema...
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