¿Qué puedes hoy traerme
que no me hubieras ya dejado
con algún atardecer bajo un árbol
en el interminable verano de esta tierra?
Sin embargo, te espero.
Ven, compañero de cigarras tardías
y de las dos primeras estrellas,
las que tímidamente anuncian el cielo,
las que anuncian la noche que llega,
las que anuncian el próximo encuentro
de un hombre con su amor.
Ven, viento, no te demores,
ella conoce el sitio, el delgado arroyuelo,
el árbol, y, contigo,
tendrán un temblor nuevo las hojas.
que no me hubieras ya dejado
con algún atardecer bajo un árbol
en el interminable verano de esta tierra?
Sin embargo, te espero.
Ven, compañero de cigarras tardías
y de las dos primeras estrellas,
las que tímidamente anuncian el cielo,
las que anuncian la noche que llega,
las que anuncian el próximo encuentro
de un hombre con su amor.
Ven, viento, no te demores,
ella conoce el sitio, el delgado arroyuelo,
el árbol, y, contigo,
tendrán un temblor nuevo las hojas.
Corot
Jacobo Rauskin
7 comentarios:
"Ven, viento, no te demores", que maravilla, Beatriz. El paisaje de Corot, estupendo.
Un beso, Beatriz
Hola Ar Lor, ayer descubrí a este poeta paraguayo...me ha encantado, estará por acá un buen rato.
Me alegro que te haya gustado y a ese viento de Jacobo, tenía que acompañarlo este viento de Corot.
Hermoso, muy hermoso, tanto el poema, como el paisaje de la pintura.
Besos
Preciosa no conocia este poeta, pero m eha gustado
Gracias beatriz por darmelo a conocer,la pintura de corot genial
Uy, el viento para quienes lo conocemos bien...Casi es parte de nuestro propio cuerpo, notamos sus efectos en síntomas casi patológicos...podemos anticiparnos a él, percibir si va a rolar e incluso, echarlo en falta en la calma. Hay aceras en las calles para cada viento, él lo sabe, del mismo modo que sabe que la ciudad tejió un trazado de callejuelas en las que ambos que se cobijan.
Gracias por el poeta, parece, como siempre aquí, que Corot hubiese contado con estos versos para pintar su obra. Tan atemporal siempre tu casa...
Un abrazo, Beatriz.
Hola Mari y Odel, qué bueno que les guste lo que comparto con tanto cariño.
Ana: vengo de la región del viento, en mi ciudad también hay calles que literalmente hacen volar a las personas, cuando era niña nos parábamos en una esquina y nos abríamos el delantal sujetándolos por las puntas y creíamos alzar el vuelo.
Gracias a todos por pasar y comentar.
Beatriz
Recuerdo mi infancia ,en las noches de campo con el viento silbando entre los eucaliptus.
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