sábado, 8 de mayo de 2010

Un geranio

Hace tiempo que no estoy para nadie;
como nunca, que ya es decir en esto
de enclaustrarse por vida y sepultarse
entre cuatro paredes de silencio.
Hace tiempo me aturden por la calle
los centauros del ruido, y en los templos
las palabras manidas, y en el aire
este rancio sabor a cementerio.
Pero queda un geranio en mi ventana,
un poema nacido entre mis dedos,
un aroma de alheña, de membrillo…
Todas cosa pequeñas, casi nada.
También queda una fecha en el recuerdo
y este sol amansado en los postigos.
JOSÉ GANIVET
Pintura: Childe Hassan

5 comentarios:

auroraines dijo...

Rescatar lo bueno, dejando de lado lo que contamina y respirar el perfume de las flores, sus colores.
Hermosa la pintura y lo que propone el poema.
Un fuerte abrazo

ana maria parente dijo...

Pensar que hay momentos en que uno realmente se aisla .
Se vuelve media de puertas adentro y se llena de uno misma en la alimentación interior.
Pero siempre hay que tratar de cortar la racha pues el aislamiento final es un programa que a nadie gusta.

Elvira dijo...

Muchas veces quedan sólo las cosas pequeñas. Un beso grande

Odel dijo...

A veces las cosas pequeñas que nos quedan son las mejores

Ana dijo...

Existe la felicidad entre cuatro paredes cuando es elegida libremente. Quizás no sea lo mejor para el ser humano porque no somos islas, sin embargo, algunas personas poseen un mundo interior tan íntimo que necesitan silencio y soledad.
Descartando depresiones y fobias, para mi tiene su encanto la intimidad.

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