Nuestro amor es
como Bizancio tuvo que haber sido
la última noche.
Tuvo que haber habido,
me imagino, un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo para atrás
y me miras.
como Bizancio tuvo que haber sido
la última noche.
Tuvo que haber habido,
me imagino, un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo para atrás
y me miras.
Henrik Nordbrandt
Pintura: Ron di Scenza
5 comentarios:
La caída de un imperio oriental- pero occidental en su significado- en manos de los turcos ,mucho me temo que la historia -por iteraciòn de equivocaciones-en cierta forma se repita.
Estos hombres siempre tan imaginativos para describir a la amada Y A ESE DESTELLO SUBLIME Y FINAL .
Que belleza de pintura ,que sensualidad tan refinada.
Este es un poeta danés y se nota, quizás la traducción le reste algo al original.
A mí también me encantó la pintura, me gusta que sea elegante y refinada como dices tú.
Ayer me cuestioné cómo deben sentirse los imperios que se apagan, que se deshacen...-Hasta leí sobre Bizancio-
Lo que yo sentí al leer lo del resplandor, ya sabes que soy rara, fue en la gente del Último día de Pompeya.
Aprovecho esta visita en la que coincido con Ana María para agradecer sus palabras amables hacia mi, es que no sé cómo verla en su blog.
Un abrazo a ambas.
Tocaya: No se agradece a alguien ,cuando ese alguien solo reconoce a la verdad.
Eres una gran pintora.
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