Escrituras de luz embisten la sombra,
más prodigiosas que meteoros.
La alta ciudad inconocible
arrecia sobre el campo.
Seguro de mi vida y de mi muerte,
miro los ambiciosos
y quisiera entenderlos.
Su día es ávido
como el lazo en el aire.
Su noche es tregua
de la ira en el hierro,
pronto en acometer.
Hablan de humanidad.
Mi humanidad está en sentir
que somos voces de una misma penuria.
Hablan de patria.
Mi patria es un latido de guitarra,
unos retratos y una vieja espada,
la oración evidente del sauzal en los atardeceres.
El tiempo está viviéndome.
Más silencioso que mi sombra,
cruzo el tropel de su levantada codicia.
Ellos son imprescindibles, únicos,
merecedores del mañana.
Mi nombre es alguien y cualquiera.
Paso con lentitud,
como quien viene de tan lejos
que no espera llegar.
más prodigiosas que meteoros.
La alta ciudad inconocible
arrecia sobre el campo.
Seguro de mi vida y de mi muerte,
miro los ambiciosos
y quisiera entenderlos.
Su día es ávido
como el lazo en el aire.
Su noche es tregua
de la ira en el hierro,
pronto en acometer.
Hablan de humanidad.
Mi humanidad está en sentir
que somos voces de una misma penuria.
Hablan de patria.
Mi patria es un latido de guitarra,
unos retratos y una vieja espada,
la oración evidente del sauzal en los atardeceres.
El tiempo está viviéndome.
Más silencioso que mi sombra,
cruzo el tropel de su levantada codicia.
Ellos son imprescindibles, únicos,
merecedores del mañana.
Mi nombre es alguien y cualquiera.
Paso con lentitud,
como quien viene de tan lejos
que no espera llegar.
Jorge Luis Borges , 1925
Pintura: Will Klemm. After dark
6 comentarios:
Borges hablando de lo que tantas veces hablamos, Beatriz...(Siento vergüenza cuando escribo esto)
Jactancia de quietud, pero bordando sus dones, recordando a Bravo que también los bordó...
Cómo se consigue esa simbiosis entre cumplir con los dones y la quietud??? Cómo se concilia??? Cómo nos responderán ya si es tarde???
La diferencia entre sentir la vida y gozar con ella o desmoronarse peleando con ella .
Nada mejor que la paz y la quietud para que los dones afloren como magia celestial ANA.Tú lo sabes mejor que todos nosotros.....
Demasiada quietud, sin jactancia...
yo no he cumplido con mis dones...
No conocía este poema. Tenía 26 años! Los dones, Beatriz (leí tu entrada anterior) siempre nos esperan. Podemos cumplir con ellos hasta el último día de nuestras vidas!
Quien no ha cumplido con sus dones?
Alguien que nos tiene bebiendo de reconfortantes y finos licores en el living de su casa virtual.?
¿será así dear Marcelo, dear Ana María? muchas veces siento que estoy en deuda.
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