domingo, 29 de enero de 2012

Conversación


Cuarenta años habían vivido juntos
y el lenguaje se había ido haciendo
más difícil de entender
al principio habían sabido algunas palabras
luego se fueron contentando
con movimientos de cabeza:
cama y comida.
Durante cuarenta años
se las arreglaron así en su vida diaria.
Sus rostros fueron adquiriendo calma,
la de las piedras.
Pero alguna vez aparecía
un intérprete ocasional:
un gato, una puesta de sol extraordinaria.
Escuchaban con un destello de inquietud
trataban de contestar eran ya dos mudos.

Solveig von Schoultz
Pintura:David Hockney
Del blog de Emma Gunst

7 comentarios:

Marcelo dijo...

El temor a la soledad...Oh soledad! las cosas que se hacen por evitarte!

EG dijo...

Me hiciste releerlo y me volvió a atrapar...

Gracias por el acompañamiento. Un beso

Ana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ana dijo...

Hiere, tiene razón Emma.

Traigo a Neruda, y previamente elijo qué parte mostrar(Ingenuamente)

"...Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos."

Beatrice dijo...

Ana, visita el blog de Miriam Tessore: Emma Gunst, quedarás atrapada igual que yo.

Neruda sabe de amores.

Yo voy en los 38, a veces hay silencios, pero aún hay complicidad.

Beatrice dijo...

La soledad me gusta, pero cuando yo la elijo Marcelo, cuando ella me elige a mí, huyo a buscar compañía.

ana maría parente dijo...

En mi caso no nos quedaremos mudos ,por el contrario ya hablamos hasta sin escucharnos.....

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