Cuarenta años habían vivido juntos
y el lenguaje se había ido haciendo
más difícil de entender
más difícil de entender
al principio habían sabido algunas palabras
luego se fueron contentando
con movimientos de cabeza:
con movimientos de cabeza:
cama y comida.
Durante cuarenta años
se las arreglaron así en su vida diaria.
se las arreglaron así en su vida diaria.
Sus rostros fueron adquiriendo calma,
la de las piedras.
la de las piedras.
Pero alguna vez aparecía
un intérprete ocasional:
un intérprete ocasional:
un gato, una puesta de sol extraordinaria.
Escuchaban con un destello de inquietud
trataban de contestar eran ya dos mudos.
Solveig von SchoultzPintura:David Hockney
Del blog de Emma Gunst
7 comentarios:
El temor a la soledad...Oh soledad! las cosas que se hacen por evitarte!
Me hiciste releerlo y me volvió a atrapar...
Gracias por el acompañamiento. Un beso
Hiere, tiene razón Emma.
Traigo a Neruda, y previamente elijo qué parte mostrar(Ingenuamente)
"...Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos."
Ana, visita el blog de Miriam Tessore: Emma Gunst, quedarás atrapada igual que yo.
Neruda sabe de amores.
Yo voy en los 38, a veces hay silencios, pero aún hay complicidad.
La soledad me gusta, pero cuando yo la elijo Marcelo, cuando ella me elige a mí, huyo a buscar compañía.
En mi caso no nos quedaremos mudos ,por el contrario ya hablamos hasta sin escucharnos.....
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