Llueve en Contec,
mi padre está en la tienda
mi padre está en la tienda
y las tijeras en su mano
se abren como dos cuchillas.
se abren como dos cuchillas.
Las tijeras al cerrarse
rasgan la manta,
tela de pobre,
rasgan la manta,
tela de pobre,
como si la vida
se vendiera por centímetros.
se vendiera por centímetros.
El metro sobre el mostrador
ignora lo que mide,
ignora lo que mide,
¿o su madera mide en secreto
la tristeza de mi padre?
la tristeza de mi padre?
Porque tendero y cliente
parecen cortados
por la misma tijera,
parecen cortados
por la misma tijera,
la de la tristeza
sin razón ni límite.
sin razón ni límite.
Llueve en Contepec,
la tarde empedrada
viene por la calle
la tarde empedrada
viene por la calle
hacia la casa donde mi madre
cuece los duraznos.
cuece los duraznos.
Es una tarde verde
que anda por los cerros
que anda por los cerros
y abre la puerta del zaguán,
puerta de toda maravilla.
puerta de toda maravilla.
Homero Ardijis
Pintura:Albert Anker, village tailor
2 comentarios:
Las tiendas de los pueblos chicos :tenían de todo para la costura ,el tendero se ocupaba hasta de sugerir colores y gustos .A veces hasta trían las telas especiales para cada una de sus clientes.
En cierta forma era un personaje del pueblo ,motivo de charlas de buenos recuerdos y también de severas críticas.
Las recuerdo con el gusto y la tristeza de lo que fuera algo tan nuestro y que ya no está.
Síiii yo también los recuerdo con esos mesones de maderas nobles, enormes y esas piezas de telas multicolores, los metros, las grandes tijeras....
¡Qué nostalgia!
Publicar un comentario