la mesa está servida
el padre se sienta
y los hijosla esposa- la madre- esa hermosa mujer
sirve la comida - acerca los platos:
se sienta con ellos y cena en silencio
contempla el rostro de su viejo compañero
y mira a sus hijos
allí está pero está ausente
está en otro tiempo -otro espacio
porque sólo puede pensar
en el hombre que la desviste
todos los días/ a toda hora
en la oficina
en la alfombrada oficina
del hospital
donde trabaja.
León Peredo
Annick Bouvattier
2 comentarios:
Qué pena, por todos...
Si, qué pena!
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