Madre: quiero olvidar
esta creencia sin descanso. Nadie
ha visto un corazón habitado:
¿por qué este pensamiento irreparable,
esta creencia sin descanso?
Estar desesperado,
estar químicamente desesperado,
no es un destino ni una verdad.
Es horrible y sencillo
y más que la muerte. Madre:
dame tus manos, lava
mi corazón, haz algo.
4 comentarios:
¡Dios mio! Es estremecedor. Me ha tocado el alma.
eva
Sí, qué duro, realmente estremecedor...
Me encuentro a Gamoneda muchas veces paseando, vive muy cerca de mi casa..
Un beso, Beatriz.
Mañana me acercaré por el libro de Laura Castañón, tengo ganas de leerlo.
Con el tiempo uno cree que ya no se sorprende fácilmente, hasta que se encuentra con poemas como este.
Gracias Beatriz por tus hallazgos y tu imperdible blog.
Buenos dias!
Gracias Beatriz, si realmente es desgarrador, y lo peor es que cuando estas así no se lo puedes transmitir a nadie e imploras a ese ser querido para que te de esa fuerza necesaria para continuar.
Un beso
Valentina
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