He aprendido que yo sólo existo
porque existes tú,
que antes que el yo
ya existía el nosotros
y que ambos formamos
el símbolo eterno
de una lemniscata
que nos permite distanciarnos
sin dejar de ser la misma esencia.
Elegimos un infinito
movimiento cambiante
y sin embargo
permanecemos inequívocamente
únicos e irrepetibles
con la grandeza de nuestra identidad
enlazada en el espacio
sin nudos que nos aprisionen.
3 comentarios:
La belleza del símbolo infinito es infinita
Tú sabes el modo en que leemos poesía, abriendo la página al azar y siempre parece que fuese justamente el idóneo para ese día, ese momento. Hoy me desconcierta Begoña. Yo no conozco absolutamente a nadie así. Esta página no la escribió para mi.
Madre mía, me encantaaaaaaaaaaa ... y la imagen, es perfectaaaaaaa ...
Eres una artista ...
¡Un besooooooooo!!!
Gracias Rosa.
Yo conozco Ana, yo conozco...
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