sábado, 4 de julio de 2015

Señales




Una mañana
como todas las mañanas
del mundo
la miró diagonal
en la cama
dormía
con el mismo gesto en el rostro
de vigorosa ternura
pero con un halo de luz
otrora no compartido.
.
Hacia las tres
en la cocina
le sorprendió un tono en su risa
más infantil si cabe
y en el espejo
minutos más tarde
le descubrió un lunar
hasta entonces
no contabilizado
justo en el hueco perfecto
de aquel su altar favorito.
.
Cuando cerró la puerta
le pareció que era
ahora más alta
más grácil
más risueña
como otra siendo la misma
la de siempre, sin ser ella.
.
La noche
llegó sin compromiso
como todas las noches 
hasta entonces
y entonces
aún aturdido por las señales
notó en sus manos
-las de ella-
un ejercicio de suavidad no acostumbrado.
.
Tras las palabras y el tiempo
les venció un cansancio pactado
con sueño, sin sueños, ella
sin sueño, con sueños, él
y un desnudo
gatuno y femenino
le puso platos en los ojos
a él
tan vencido por semanas y almanaques.
.
No supo conjugar aquellos datos
se dió tiempo
con rutinaria atención a las persianas
y allí
en ese instante
cometió un error inesperado:
miró a lo alto
y un eclipse de luna parcial
dejó un enigma de luz en sus pestañas


Eloy Sánchez
Giarrano


1 comentario:

eva dijo...

Me tiene desconcertada este poema, volveré a leerlo.

eva

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