Como en un cuadro de Chagall
floto sobre los techos.
Un hilo tenue me ata
a lo que hasta ayer
llamaba realidad.
Mi realidad: aquella
boca negra que se abrió
para herirme.
Afiebradas pestilencias
que poblaron mis días
mis noches.
Esa boca negra
tendría que haber callado.
Ese pozo ciego
tendría que haber sabido
que estoy destinada a palabras
que fulguren sobre el papel
como el arco iris que el niño mira absorto
como la naranja traspasada de sol en el árbol
como un ámbar en un pecho desnudo.
Floto sobre los techos.
Cuando mi propia boca se abra
ámbar y frutas caerán sobre la ciudad.
Alguien me verá pródiga
maternal y feliz
como en un cuadro de Chagall.
Un hilo tenue me ata
a lo que hasta ayer
llamaba realidad.
Mi realidad: aquella
boca negra que se abrió
para herirme.
Afiebradas pestilencias
que poblaron mis días
mis noches.
Esa boca negra
tendría que haber callado.
Ese pozo ciego
tendría que haber sabido
que estoy destinada a palabras
que fulguren sobre el papel
como el arco iris que el niño mira absorto
como la naranja traspasada de sol en el árbol
como un ámbar en un pecho desnudo.
Floto sobre los techos.
Cuando mi propia boca se abra
ámbar y frutas caerán sobre la ciudad.
Alguien me verá pródiga
maternal y feliz
como en un cuadro de Chagall.
Estela Figueroa
2 comentarios:
Que maravillosa habilidad tienes combinando imagen y texto. Después de un tiempo he vuelto a este lugar que conservas y cuidas. Gracias por tanta belleza.
María Josefa Cid, desde Cáceres , España
Muchas gracias María Josefa. Es la belleza que mueve mi mundo.
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