Estos poemas los desencadenaste tú,
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran,
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman.
Ángel González
Felix Valloton, the wind.
1 comentario:
Hermoso poema, en la pintura hasta incluso puedo "ver" el aire moviendo las hojas.
eva
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