Yo enviudé de tantas casas en mi vida y a todas las recuerdo tiernamente.
No podría enumerarlas y no podría volver a habitarlas, porque no me gustan las resurrecciones...
Sólo una vez quise volver a una casa en que viví fue después de largos años en la isla de Ceilán (un día antes de caer bajo la picota)
Coincidencias como ésta quedarán en el misterio mientras existan las casas y los hombres.
Neruda
cuadro: Harald Sohlberg, 1902
4 comentarios:
Me hiciste pensar en las casas que he dejado atrás. Nosotras sabemos de eso ¿no?
Hola:
bonito, interesante, curioso y entretenidos tus textos, bonitas las fotos. Y para los recuerdo, una invitación a Puerto Octay.
Saludos, otra sureña.
Curiosa imagen ésa de "enviudar" de una casa. Pero Pablo tenía razón, dejar una casa es como separarse de una compañera.
Uno enviuda del pasado, en cierta forma, y deja a la memoria, la resurrección de los pedazos que sólo queremos recordar...
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