"No había pared que no estuviera forrada
de abarrotadas e impecables estanterías.
Apenas se veía la pintura.
Las letras impresas en los lomos de los libros,
negros, rojos, grises, de cualquier color,
eran de todos los tamaños y estilos inimaginables.
Era una de las cosas más bellas
que Liesel Meminger había visto nunca.
Sonrió, maravillada.
de abarrotadas e impecables estanterías.
Apenas se veía la pintura.
Las letras impresas en los lomos de los libros,
negros, rojos, grises, de cualquier color,
eran de todos los tamaños y estilos inimaginables.
Era una de las cosas más bellas
que Liesel Meminger había visto nunca.
Sonrió, maravillada.
¿Cómo podía existir una habitación así!
De hecho, cuando intentó borrar
la sonrisa de su cara con la manga,
enseguida se dio cuenta de que era inútil...
De hecho, cuando intentó borrar
la sonrisa de su cara con la manga,
enseguida se dio cuenta de que era inútil...
Poco a poco, la estancia empezó a encogerse
hasta que la ladrona de libros
pudo tocar las estanterías,
a unos pocos pasos de ella.
Pasó la palma de la mano por la primera,
atenta al rumor de las yemas de los dedos
deslizándose sobre la columna vertebral de los libros.
Sonaba como un instrumento
o como las notas de unos pies a la carrera.
Utilizó amabas manos.
Recorrieron una estantería tras otra. Y rió.
La voz resonó en su garganta,
y cuando al fin se detuvo en medio de la habitación,
pasó varios minutos dirigiendo la mirada
de las estanterias a sus dedos
y de éstos a las estanterías...
¿Cuántos libros había tocado?
¿Cuántos había sentido?...
hasta que la ladrona de libros
pudo tocar las estanterías,
a unos pocos pasos de ella.
Pasó la palma de la mano por la primera,
atenta al rumor de las yemas de los dedos
deslizándose sobre la columna vertebral de los libros.
Sonaba como un instrumento
o como las notas de unos pies a la carrera.
Utilizó amabas manos.
Recorrieron una estantería tras otra. Y rió.
La voz resonó en su garganta,
y cuando al fin se detuvo en medio de la habitación,
pasó varios minutos dirigiendo la mirada
de las estanterias a sus dedos
y de éstos a las estanterías...
¿Cuántos libros había tocado?
¿Cuántos había sentido?...
Era mágico, era hermoso,
era como si todo estuviera iluminado
por deslumbrantes rayos de luz
reflejados por una lámpara de araña.
Se vio tentada a sacar algún libro de su lugar,
pero no se atrevió a molestarlos.
Eran demasiado perfectos."
era como si todo estuviera iluminado
por deslumbrantes rayos de luz
reflejados por una lámpara de araña.
Se vio tentada a sacar algún libro de su lugar,
pero no se atrevió a molestarlos.
Eran demasiado perfectos."
La ladrona de libros. Markus Zusak
Pintura: Harriet Backer
4 comentarios:
que hermoso cuarto!!!!!!!
un sueño a realizar.
QUE PRECIOSO LUGAR!!!!!!!!!! QUE SENSACIONES CUANTOS LIBROS
ME ENCANTA!!!!!!!!!!!!!!
Que notable :dos pensamientos que suceden .
Primero la maravilla de ver tantos libros juntos a nuestra disposiciòn en bibliotecas impresionantes y paredes totalmente cubiertas.
Segundo :aunque la tentaciòn de leer es irresistible ,es tan penoso romper la armonìa de esos estantes completos no?
adoro las bibliotecas, ese ambiente, ese olor, los colores, las caobas...
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