Tuve también su edad, y tendida en la hierba
supe de un sol a plomo sobre el verde agostado,
de un ardiente silencio en el que me envolvía,
y de una brisa súbita –yerta quizá- de aviso,
hiriéndome las sienes.
Tuve su edad. Me he vuelto
descompuesta sin duda, sobre mí,
para mirar mi casa alzada en la ladera
–la polilla royendo mi enagua en los armarios-
sin que siquiera a un ramo de glicinias pudiese
detraerle una gota de su zumo.
Me he vuelto,
confundido mi nombre, para salvar mi casa,
aunque siga en un cuadro donde tan sólo espero
que irán a dar razón de mi nuca los ánsares.
supe de un sol a plomo sobre el verde agostado,
de un ardiente silencio en el que me envolvía,
y de una brisa súbita –yerta quizá- de aviso,
hiriéndome las sienes.
Tuve su edad. Me he vuelto
descompuesta sin duda, sobre mí,
para mirar mi casa alzada en la ladera
–la polilla royendo mi enagua en los armarios-
sin que siquiera a un ramo de glicinias pudiese
detraerle una gota de su zumo.
Me he vuelto,
confundido mi nombre, para salvar mi casa,
aunque siga en un cuadro donde tan sólo espero
que irán a dar razón de mi nuca los ánsares.
María Victoria Atencia
Pintura: Wyeth
4 comentarios:
Pues es tremendo el poema. Esta mujer es sentimiento, sus sentidos entregados al verso, a la poesía que la asalta y a su vez emana de ella, de su mundo interior: "de aviso", dice que era el silencio...De aviso, Beatriz, siempre el silencio fue un aviso, en el mar, en tierra...en el alma.
Un abrazo grande, felices fiestas patrias, amiga.
Es tremendo, así es este poema.
"tuve también su edad..."
Estoy disfrutando este libro Ana y lo alterno con el de Karmelo.
Gracias una vez más.
En la pintura la distancia entre el personaje y la casa está agrandado y la colina sobreelevada para expresar pictóricamente la discapacidad de la modelo.
Tienes ese don ,poco común Beatriz ,de la sutileza.
Combinas perfectamente en este caso lo que expresa la poesía con la expresión plástica.
Gracias Ana María.
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