Los días del futuro están delante de nosotros
como una hilera de velas encendidas
-velas doradas, cálidas, y vivas.
Quedan atrás los días ya pasados,
una triste línea de velas apagadas;
las más cercanas aún despiden humo,
velas frías, derretidas, y dobladas.
No quiero verlas; sus formas me apenan,
y me apena recordar su luz primera.
Miro adelante mis velas encendidas.
No quiero volverme, para no verlas y temblar,
cuán rápido la línea oscura crece,
cuán rápido aumentan las velas apagadas.
Kavafis
5 comentarios:
Preciosa comparación. Sólo la luz, la vista clavada en la luz.
Difícil es no mirar hacia atrás...
¿Y si en vez de no mirar, recogiéramos los restos doblados, usados y con ellos construyéramos una "Vela hermosa", de colores fundidos que contenga todos los momentos luminosos del pasado?, Seguro que seríamos más felices, y si alguna de las velas encendidas, calidas y doradas del futuro no alumbra con la intensidad esperada. Entonces, nuestra "Vela hermosa" (hecha con los restos de primeras luces)será la que ayude a encontrar la claridad.
Bellísimo Eva, gracias.
No nada de andar contando las velas que consumimos viviendo ,sigamos consumiendo alegres el don que el cielo nos da-
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