No vas a entender nunca mis lugares,
ni que los apropie y los quiera y los extrañe.
No sabés de mis calles ni de mis cortadas
ni de lo que sigue girando
en la calesita de la infancia.
No vas a entender esta tristeza
que es mía y que duele un cuerpo
recortado grave vacío conectado cosido.
Ni mis usos del lenguaje, ni mis deseos,
ni las pocas cosas de mí en las que creo.
Hay santas herejías de las que adolezco.
Flor Codagnone
del blog de EmmaGunst, gracias.
Pintura: E. Gualteriotti
7 comentarios:
Un texto maravilloso.
Un texto maravilloso.
Lo es...¿entiendes?
Conmigo estás perdida,porque somos de los mismos lugares.
Claro, y pensé cuando lo encontré."si pasara Rubén por acá, entendería"
Así como fue un placer leer tus días de pique nique.
Qué hermoso mundo particular.
Todos tenemos un mundo particular, Ana y es una bendición encontrar a alguien que comparta ese mismo mundo en los recuerdos.
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