(…) Algún día
se pondrá el tiempo amarillo
sobre mi fotografía.
Miguel Hernández
Un diente de leche,
unas zapatillas de danza,
una medalla oxidada,
un frasco con tierra roja,
o renacuajos de río,
un caramelo, una bola loca,
un cromo de fútbol,
un patito de goma,
una diadema azul,
un libro de vacaciones Santillana,
un monopatín o mejor una bicicleta,
un walkitalki, una pistola de agua,
un murciélago o una lagartija
o unos gusanos de seda,
una canica o un trozo de cuarzo,
una canción de Nino Rota
silbada, siempre silbada.
Algo, por favor, lo que sea, algo
que me devuelva de nuevo a la infancia
antes de morir.
David Trashumante
Joel Carson Jones
4 comentarios:
Ya, qué recuerdos, me asombraba todo, y ahora también ... por ejemplo, siempre me asombro de haber encontrado este blog, qué bonito es ...
Esta música me deja ensimismada, el final es, ufff ...
Un beso y mil gracias, querida Beatriz.
Veis? Siempre volvemos a la infancia, cómo marca esa época nuestras vidas !.Para bien o para mal,pero estamos marcados por ella.
A mi tampoco me importaria que en mis últimos días mis pensamientos retrocedieran en el tiempo hacia esa época de mi infancia, a esa niña feliz que fuí y de ahí desaparecer en ... la nada???
eva
Se retrocede Eva, claro que sí.
La infancia llama en el momento de la partida.
Lo pude comprobar cuando mi mamá partió.
Llamaba a sus hermanos y a su madre y extendía los brazos.
Gracias amigas por compartir mis gustos.
Tantos poemas, tantas imágenes, ya van más de 2500.
Hasta que se pueda, seguiremos.
Un abrazo
Seguiremos!!!
Gracias por tanto y tan bello querida Beatriz.
eva
Publicar un comentario