De vez en cuando abrazo a los árboles
o apoyo la espalda
y me quedo así un rato
Hay uno, viejo, grueso y muy alto
cerca de un puente, al que han tuneado
con fibra negra y caritas felices
que pareciera ya no querer estar ahí
cansado de los ruidos y de la mente
Un día le hablé, le dije que era hermoso
que estaba al tanto de sus poderes
y que gracias.
Antonio Lòpez García
4 comentarios:
Y qué le contestó el árbol?
eva
Nunca puedo. El intento se me queda siempre en arañas que viven en las rendijas.
¡Y siempre quiero!
Qué ternura.
Yo tengo un árbol en mi patio que de lejos me ve y dice:
"ahí viene de nuevo, qué manera de abrazarme todos los días"
Me produce una paz y a la vez me da una energía increíble.
Probad!
Publicar un comentario