viernes, 10 de julio de 2015

Ida y vuelta



Cuando nos dirigimos al amor
todos vamos ardiendo.
Llevamos amapolas en los labios

y una chispa de fuego en la mirada.
Sentimos que la sangre
nos golpea las sienes, las ingles, las muñecas.
Damos y recibimos rosas rojas
y rojo es el espejo de la alcoba en penumbra.
Cuando volvemos del amor, marchitos,
rechazados, culpables
o simplemente absurdos,
regresamos muy pálidos, muy fríos.
Con los ojos en blanco, más canas y la cifra
de leucocitos por las nubes,
somos un esqueleto y su derrota.
Pero seguimos yendo
Amalia Bautista
Omar Ortiz

4 comentarios:

eva dijo...

Ay! no, el amor no es eso.

eva

Ana dijo...

Ni hace falta corazón siquiera. Seguimos yendo.
¿Qué tal hoy? Pues... si me recojo las vísceras, contexto en: tres, dos, uno...Leo "amapolas en los labios" y ya me ganó.
A "porta gayola" recibo yo el amor :-)

Anónimo dijo...

pero seguimos yendo....


A la persona de Cádiz que traduzca por favor: "a porta gayola" jeje

Beatriz

Ana dijo...

Con valentía, de frente, sin parapeto.
Es un término taurino, yo soy antitaurina pero existe todo un vocabulario asociado al mundo del toro- como ocurre por ejemplo con la navegación- que es una joyita.
Nosotros empleamos estas expresiones con mucha frecuencia. Un ejemplo: me estuvo dando capotazos, sinónimo de bandazos y, ambos, de esquivar, eludir...
¿Tú por qué estás anónima? :-)

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