Dejó a un lado el bolso y el paraguas
y todos sus objetos personales
pero siguió sonando, insistente,
el detector de metales.
Nunca se puede esconder del todo, señora,
un corazón blindado.
Pintura: Gilberto Carpo
blog de rescate de la historia familiar, de la patagonia, vivencias, recuerdos, arte y poesía
3 comentarios:
Los poemas de Brezmen quedan perfectamente ilustrados en tu blog.
Gracias
¡Qué buen poema!
Era evidente para el detector. Qué divina imaginación.
Publicar un comentario