Tal vez
la vida verdadera sea esto.
Estar solo
sentado bajo un tejo frente al mar;
y, al fondo, la montaña.
Ver pasar los veleros, los albatros,
las nubes con todo su cielo encima.
Traducir los silencios interiores
al compás de un cansado corazón.
Confiar
que atraque el barco de lo impredecible
o llegue alguien con una señal.
Y esperar,
esperar.
Ángel Guinda
Dame Laura Knight
Gracias Javier