Hermano, creeme, no son celos
ni tampoco resentimientos.
No la odio a ella ni le guardo rencor a él.
Que juntos los dos sean felices.
Que tengan paz.
Que sean libres de amarse mucho.
Una sola cosa deseo.
No es por sed de venganza
se trata de un inocente capricho,
hermano, sabes que no tengo maldad.
Mi deseo es que una noche ella
apretada a su cuerpo
en sus oídos se equivoque
y le susurre mi nombre.
2 comentarios:
Vaya!!! Solo eso...
Besossss
Dulce venganza,seguro que lo dirá.
eva
Publicar un comentario