Una tarde de agosto
deja caer su calma sobre el patio.
Nada rompe el silencio.
El blanco cal hace brotar la luz
de entre los gruesos muros;
los enseres descansan,
la quietud permanece,
y un hondo Miserere
va asomando su voz
a través de los tiestos
de alábega y jacintos.
deja caer su calma sobre el patio.
Nada rompe el silencio.
El blanco cal hace brotar la luz
de entre los gruesos muros;
los enseres descansan,
la quietud permanece,
y un hondo Miserere
va asomando su voz
a través de los tiestos
de alábega y jacintos.
Dionisia García
2 comentarios:
Este poema me trae muchos recuerdos de mi infancia en el patio de mi abuela. Las siestas en verano eran respetadas, y siempre se blanquean las paredes al llegar agosto, mes de las fiestas. Besossss
"... los tiestos de alábega y jacintos". Hasta aqui me llega el olor.
eva
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