lunes, 28 de septiembre de 2009
Relación de medianoche
a medianoche,
si entras en ese mundo,
y sigiloso y en puntillas
dejas quietas las manos,
con cuidado no respiras,
y si los ojos fijas
en una hoja de papel en blanco
por algunas semanas,
y luego te desprendes,
aunque es difícil,
de tu cuerpo,
o si lo dejas en los años
que te quedan por vivir,
y nadie hay en la casa,
y nadie hay en el mundo de la casa:
verás que el cigarrillo enciende al fumador,
y el vino se bebe al embriagado,
y el libro lee a su lector,
y la chaqueta se viste de su dueño,
y el pan engulle a sus hambrientos,
y el espejo se mira en el azogue de la dama,
y de improviso se enciende una pared,
y asoma una cabeza, y la saludas,
o muy de súbito sale de tus hombros
el niño que serías, y lo besas,
o una mano en el aire arroja de improviso
abejas de oro sobre tu cabeza,
o ves llegar la madrugada
y te duermes en otra casa,
y en el sueño tratas de buscar
lo que has perdido:
ese mundo real que ya no tienes,
porque entraste en el mundo
de los ojos irreales.
Salvo que entraras
de nuevo en esa casa...
Miguel Arteche
Pintura: Annenkov. Burning the midnight oil
domingo, 27 de septiembre de 2009
Ya no será
Ya no será,
ya no viviremos juntos,
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa,
no te tendré de noche
no te besaré al irme,
nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era,
ni quién fuiste,
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos,
querernos,
esperarnos,
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives,
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
Idea Vilariño.
Pintura: yesterday's dreams. Vettriano
sábado, 26 de septiembre de 2009
viernes, 25 de septiembre de 2009
Teatime
jueves, 24 de septiembre de 2009
Para Beatriz
pienso en esta tarde
de un sol que anuncia la resurrección,
porque todo resucita tras el viaje al infierno.
Y la semilla de la esperanza siempre creo verla
en la tierra arrasada del desamor florecer.
Tal vez no te veré nunca más,
porque yo mismo he lanzado una piedra al pozo
donde no debía despertar ecos,
pero en mi memoria sólo eres la muchacha
que me mostraba los magnolios
recién florecidos en la Plaza Ñuñoa.
Sólo recordaré de ti ese gesto
y vestida de tiempo que nada marchita.
eres para siempre la única amada espiga
que debe traer la felicidad
que no he sabido cuidar.
En el reino de la muerte
serás el único sol que añoraré contemplar.
Teillier
Pintura: Daniel Gerhartz
miércoles, 23 de septiembre de 2009
Hay un día feliz
A recorrer me dediqué esta tarde
Las solitarias calles de mi aldea
Acompañado por el buen crepúsculo
Que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
Y su difusa lámpara de niebla,
Sólo que el tiempo lo ha invadido todo
Con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
Volver a ver esta querida tierra,
Pero ahora que he vuelto no comprendo
Cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
Ni sus viejos portones de madera.
Todo está en su lugar; las golondrinas
En la torre más alta de la iglesia;
El caracol en el jardín, y el musgo
En las húmedas manos de las piedras.
No se puede dudar, éste es el reino
Del cielo azul y de las hojas secas
En donde todo y cada cosa tiene
Su singular y plácida leyenda:
Hasta en la propia sombra reconozco
La mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
Que presenció mi juventud primera,
El correo en la esquina de la plaza
Y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío!; nunca sabe
Uno apreciar la dicha verdadera,
Cuando la imaginamos más lejana
Es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí!, algo me dice
Que la vida no es más que una quimera;
Una ilusión, un sueño sin orillas,
Una pequeña nube pasajera.
Vamos por partes, no sé bien qué digo,
La emoción se me sube a la cabeza.
Como ya era la hora del silencio
Cuando emprendí mi singular empresa,
Una tras otra, en oleaje mudo,
Al establo volvían las ovejas.
Las saludé personalmente a todas
Y cuando estuve frente a la arboleda
Que alimenta el oído del viajero
Con su inefable música secreta
Recordé el mar y enumeré las hojas
En homenaje a mis hermanas muertas.
Perfectamente bien. Seguí mi viaje
Como quien de la vida nada espera.
Pasé frente a la rueda del molino,
Me detuve delante de una tienda:
El olor del café siempre es el mismo,
Siempre la misma luna en mi cabeza;
Entre el río de entonces y el de ahora
No distingo ninguna diferencia.
Lo reconozco bien, éste es el árbol
Que mi padre plantó frente a la puerta
(Ilustre padre que en sus buenos tiempos
Fuera mejor que una ventana abierta).
Yo me atrevo a afirmar que su conducta
Era un trasunto fiel de la Edad Media
Cuando el perro dormía dulcemente
Bajo el ángulo recto de una estrella.
A estas alturas siento que me envuelve
El delicado olor de las violetas
Que mi amorosa madre cultivaba
Para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
No podría decirlo con certeza;
Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!
Nicanor Parra
Pintura: John Adams
martes, 22 de septiembre de 2009
La pasión
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa, los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles por la casa
despojos rotos:
vasos, fotos, libros deshojados.
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos
con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
Cristina Peri Rossi
Pintura: John Meyer. Expectations.
lunes, 21 de septiembre de 2009
Los afectos
"Los afectos nos impiden emprender grandes empresas,
nos atan a un lugar de la tierra,
si no físicamente, sí en espíritu.
Y después, al final, la vida ha terminado
y no hemos realizado ninguna
de aquellas grandes cosas
que nuestra imaginación en algún momento
nos había llevado a suponer que haríamos”.
Margaret Fountaine acá
Pintura: Pino. Longevity
domingo, 20 de septiembre de 2009
Plenilunio
sábado, 19 de septiembre de 2009
Lluvia
Hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo
mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa
y hace el amor con él
y se parece a su sombra
mi vecino nunca le dice
palabras de amor a la mujer
entra a la casa por la ventana
y no por la puerta
por una puerta se entra a muchos sitios
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo
pero no al mundo
ni a una mujer ni al alma
es decir a ese cajón o nave
o lluvia que llamamos así
como hoy que llueve mucho
y me cuesta escribir la palabra amor
porque el amor es una cosa
y la palabra amor es otra cosa
y sólo el alma sabe
dónde las dos se encuentran
y cuándo y cómo
pero el alma qué puede explicar
por eso mi vecino
tiene tormentas en la boca
palabras que naufragan
palabras que no saben que hay sol
porque nacen y mueren
la misma noche en que amó
y dejan cartas en el pensamiento
que él nunca escribirá
como el silencio que hay entre dos rosas
o como yo que escribo palabras
para volver a mi vecino
que mira la lluvia
a la lluvia
a mi corazón desterrado.
Juan Gelman
Pintura: Fritz Thaulow
viernes, 18 de septiembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
Cuando todos se vayan
Cuando todos se vayan a otros planetas
yo quedaré en la ciudad abandonada
bebiendo un último vaso de cerveza,
y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
como el borracho a la taberna
y el niño a cabalgar
en el balancín roto.
Y en el pueblo no tendré nada que hacer,
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados
o sentarme en el roído mostrador de un almacén
para hablar con antiguos compañeros de escuela.
Como una araña que recorre
los mismos hilos de su red
caminaré sin prisa por las calles
invadidas de malezas
mirando los palomares
que se vienen abajo,
hasta llegar a mi casa
donde me encerraré a escuchar
discos de un cantante de 1930
sin cuidarme jamás de mirar
los caminos infinitos
trazados por los cohetes en el espacio.
Pintura: Kroyer. Taberna en Ravello
miércoles, 16 de septiembre de 2009
Primavera
lunes, 14 de septiembre de 2009
Subjuntivo
Y tener que explicar de nuevo el subjuntivo,
acechante la tiza de la noche del encerado en luto,
ahora que ellos entregan sus cuerpos a la hoguera
cuando lo que desean es sentir el mordisco
que tatúa con rosas coaguladas sus cuellos ofrecidos
y olvidarse del viejo profesor que les roba
su tiempo inútilmente.
Mientras copian los signos del lenguaje,
emotion, doubt, volition, fear, joy...,
y usando el subjuntivo de mi lengua de humo
mi deseo es que tengan un amor como el nuestro,
pero sé que no escuchan la frase
que les pongo para ilustrar su duda
ansiosos como están de usar indicativo.
Este será su más feliz verano
el que recordarán mañana
cuando la soledad y la rutina
les hayan destrozado su belleza,
la rosa sin perfume, los cuerpos asaltados,
ajadas las espinas de sus labios.
Pero hoy tienen prisa, como la tuve yo,
por salir a la noche, por disfrutar la vida,
por conocer el rostro de la muerte.
Hilario Barrero
Pintura: Pedro Alvarez. Street- dance
domingo, 13 de septiembre de 2009
The red wheelbarrow
sábado, 12 de septiembre de 2009
Mi jardín
Ayer llegaron mis plantas
y árboles a mi nueva casa.
La buganvilia grande y vertical,
podada de sus ramas,
con unos pequeños brotes asomándose,
la noté muy seria.
Los jazmines agachados, temerosos,
sus raíces adoloridas.
La madreselva exuberante,
plena de hojas, está preocupada.
La lavanda llegó apretadita,
al parecer no extrañó nada.
La camelia con sus flores se acostó enseguida al sol
y no manifestó palabra.
Los canelos buscaron la sombra de inmediato.
La higuera que René me regaló para este nuevo jardín
las esperaba a todas con un pequeño fruto.
Yo sembré margaritas y lupinos
y unos almácigos de perejil
para darles la bienvenida.
Ni que decir de las rosas, se sienten en su casa,
todas brotando en abundancia.
Una azalea rosada está en su plenitud,
pero su compañera está
totalmente quieta junto a la menta.
Las nalcas esperan su lugar a la sombra
y los geranios en sus macetas
prometen florecer estén donde estén.
El magnolio grandiflora, enhiesto en el medio del jardín
se niega a mostrar toda su belleza.
Les he dado la bienvenida y el agua a cada una,
he abrazado a los árboles
y las he tranquilizado a todas,
sólo me queda esperar...
Pintura: Daniel Ridgway Knight
Jardín
y su eterno movimiento de partida.
Flores, semillas y plantas
mueren para siempre o se renuevan.
Hay poda y hay momentos,
en el ocaso dulce de una tarde de verano,
para verlo excediéndose de sí,
mientras la sombra de su caída
anuncia en el macizo fulgor de marzo,
o en el dormir sin sueño del sujeto cuando muere,
mientras la especie que lo contiene no cesa de forjarse.
El jardín exige, a su jardinera verlo morir.
Diana Bellesi
Pintura: Allan Banks
viernes, 11 de septiembre de 2009
Manos
jueves, 10 de septiembre de 2009
Cézanne 1839-1906
los cristales de las ventanas
del agua y del aire.
En el blanco azul tornasol del mantel
los frutos toman posturas eternas
para el ojo y para el pincel.
Junto a las naranjas de abiertos poros
las manzanas se pintan demasiado,
y a los duraznos, por su piel de quince años,
dan deseos de acariciarlos.
Los perones rodaron
su mármol transparente
lejos de las peras pecosas
y de las nueces arrugadas.
¡Calor! Sin embargo,
da pena beberse la "naturaleza muerta"
que han dejado dentro del vaso.
Xavier Villaurrutia
miércoles, 9 de septiembre de 2009
martes, 8 de septiembre de 2009
Aquel amor
lunes, 7 de septiembre de 2009
Septiembre
Una música extraña, la lluvia, la tristeza
han descubierto en medio de una plaza mojada
apetecible asilo donde asentar sus reinos.
Y esta mesa en que sorbo un café con desgana,
donde te echo de menos con absurda insistencia
-ah tu voz, tu sonrisa, la trampa de tu boca-
es la lejana isla o un pozo entre la hierba,
en tanto tú, nereida del mediodía, esquiva,
sabrá Dios qué otros mares más templados transitas,
qué olas ciñen y asedian tu cuerpo de sirena,
y si en este desorden podré un día encontrarte.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Ajedrez
Porque éramos amigos y, a ratos,
nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.
Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.
Henos aquí hace un siglo, sentados,
meditando encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.
Rosario Castellanos. Pintura: Daniel Garber