viernes, 29 de abril de 2011
jueves, 28 de abril de 2011
Esta es mi casa
aquí sucedo, aquí
me engaño inmensamente.
Ésta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende,
la primavera y me condena.
Tengo millones de huéspedes
que ríen y comen,
copulan y duermen,
juegan y piensan,
millones de huéspedes que se aburren
y tienen pesadillas y ataques de nervios.
No cabe duda. Ésta es mi casa.
Todos los perros y campanarios
pasan frente a ella.
Pero a mi casa la azotan los rayos
y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas dan afuera del mundo.
Pintura: Kate Barnard
martes, 26 de abril de 2011
lunes, 25 de abril de 2011
Emoción azul
Esta emoción azul ¿será mi verso?
Asoma como un brote en mi palabra,
aromada de ensueño y de ilusiones,
candorosa y azul como las salvias.
Bendito verso azul que me levanta,
aquí lo llevo en el altar de mi alma:
ya frondoso y erguido como un árbol,
ya fragante y azul como las malvas.
Perfumado jazmín que en mí florece,
licor de exaltación que así me embarga;
cuando quiero volar por los caminos
como un ala sutil nace en el alba.
Juvencio Valle
Pintura: Julia Onderdonk
viernes, 22 de abril de 2011
Todo se pasa...
jueves, 21 de abril de 2011
miércoles, 20 de abril de 2011
martes, 19 de abril de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
domingo, 17 de abril de 2011
Llueve en este poema
Un domingo sin ti, de ti perdido,
es como un túnel de paredes grises
donde voy alumbrado por tu nombre;
es una noche clara sin saberlo
o un lunes disfrazado de domingo;
es como un día azul sin tu permiso.
Llueve en este poema; tu lo sientes
con tu alma vecina del cristal;
llueve tu ausencia como un agua triste
y azul sobre mi frente desterrada.
He comprendido cómo una palabra
pequeña, igual a un alfiler de luna
o un leve corazón de mariposa,
alzar puede murallas infinitas,
matar una mañana de repente,
evaporar azules y jardines,
tronchar un día como si fuera un lirio,
volver granos de sal a los luceros.
He comprendido cómo una palabra
de la materia azul de las espadas
y con aguda vocación de espina,
puede estar en la luz como una herida
que nos duele en el centro de la vida.
Llueve en este poema, y el domingo
gira como un lejano carrusel;
tan cerca estás de mi que no te veo,
hecha de mis palabras y mi sueño.
Yo pienso en ti detrás de la distancia,
con tu voz que me inventa los domingos
y la sonrisa como un vago pétalo
cayendo de tu rostro sobre mi alma.
Con su hoja volando hacia la noche,
rayado de llovizna y desencanto,
este domingo sin tu visto bueno
llega como una carta equivocada.
La tarde, niña, tiene esa tristeza
del aire donde hubo antes una rosa;
yo estoy aquí rodeado de tu ausencia
hecho de amor y solo como un hombre.
Eduardo Carranza
Pintura: A. Volkov. Before the rain
sábado, 16 de abril de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
jueves, 14 de abril de 2011
miércoles, 13 de abril de 2011
Meditación en el umbral
tirarse bajo un tren como la Ana de Tolstoy
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas, contando
las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana. No es la solución
escribir, mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina ni María Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.
Rosario Castellanos
Pintura: M. Krohg
martes, 12 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
domingo, 10 de abril de 2011
Entrada (Rilke)
No crea usted en lo que voy a decirle
en las páginas de este libro.
El amor es un artificio
que destroza flores en el parque.
El gris de los palacios,
suspendidos en la niebla,
es el sitio del reposo
para este corazón que tiene miedo.
No crea en mi palabra, vuelvo a repetirle.
La poesía miente, mi querida señora,
miente como el sol de verano en Dinamarca.
Pintura: Kroyer. Tarde de verano en Skagen
sábado, 9 de abril de 2011
viernes, 8 de abril de 2011
jueves, 7 de abril de 2011
Mirando el nuevo patio
Ahora me dispongo a sembrar de nuevo.
No sé si será fértil la tierra,
si el agua suficiente
o si ansiosas esperan las aves
una rama fresca para el nido.
Por ahora tomo en mis manos
las raíces. Acaricio las hebras menudas
y aspiro hondamente su fragancia.
Allí están las hojas diminutas. Dedos frágiles
y verdes que buscan al sol con osadía.
Pero tú no estás aquí, como antes.
No estás para admirar este acto decisivo.
Pintura: Jeff Larson
miércoles, 6 de abril de 2011
Declaración de amor a María Kodama
Te imagino flotando, elevándote
en las mañanas desde una cama en cualquier
hotel de este planeta, con el desasosiego que acostumbran
los viajeros cuando visitan tierra extraña.
Te veo como descendiendo de un tren,
abriendo tus insólitos párpados
que han fatigado desiertos y crepúsculos.
Esos párpados tuyos, que han contemplado el mundo
desde un globo. Desde su vuelo detenido en las fotografías,
ese paisaje se me antoja un acto de circo.
Luego te diriges hacia el baño, ejecutas
tus obligatorias y cotidianas abluciones. Acaricias
con el menudo peine todo lo largo
de esos cabellos tuyos tan lisos y con canas.
Observas indecisa en el espejo el paso de los años.
Ya no tenemos doce ni quince.
Ya no vivimos el asombro ante cualquier
pasión desmesurada. Yo también he aprendido
a perder esa inocencia.
Y persistimos en conservar el mismo nombre, María.
Todo lo que ahora te digo, tiene que ver
con el tiempo que pasa y la entidad que perdura,
como lo ha dicho la ciega memoria en unos versos.
Te quitas el pijama -si lo usas- Caminas hacia el ropero
impersonal. Escoges algo oscuro, a tono con la melancolía
de una mañana que no es seca ni húmeda.
Luego del perfume detrás de tus orejas tan humanas,
te despides del ancho y solitario dormitorio
hasta la noche, para repetir la odisea de Odiseo.
Deberás explicar en rutinarias conferencias
que el hombre a quien amas todavía, nunca escribió
aquel poema en donde se habla de arrepentimientos,
de viajes y de postres. Te verás obligada a defender
tu derecho a ser eterna. Hablarás sobre las formas
del haikú, doliéndote en tu corazón
por la trampa que somos tu auditorio.
Y nosotros -pedigüeños, terrenales-
no sabremos qué hacer ante tu sonrisa
y la cadencia de tu voz,
ante ese aire de desamparo
que has cultivado con tanta honradez.
Es una lástima, María. La vida continúa
como un rizoma, dispersándose, fluyendo
hacia la mar que es el morir.
La realidad insiste, María, nos ataca,
repitiéndose como en el espejo inagotable de los cuentos.
Seguirán las botellas en los bares,
el sediento alcohol de Poe, las manías del gato de Alicia.
Seguirá la porcelana sobre las mesas,
el ruego en los labios de los judíos.
Continuará la eterna metáfora de Heráclito,
la espada de los héroes, el atrevimiento de ser
aquel poeta menor de una antología suramericana.
Y tú te vas, María, y yo no sé si te amo
en este insomnio que no tiene fin.
Mañana levantarás el vuelo en un avión sin hélices.
Te marcharás a Madrid, a Austin, a Ginebra,
a tu Buenos Aires tan querido y tan odiado,
para repetir tu acto de magia, candorosa,
ante un público que se nos parece.
Pintura: H. Caballero
martes, 5 de abril de 2011
Borges dormía con los ojos abiertos
y alimentaba su melancolía respirando la noche.
Era verano en el Hemisferio Sur,
él soñaba con el frío de Ginebra
o con la humedad implacable de Dakar.
Era verano en Buenos Aires
y el mundo le parecía un Atlas propio
donde podía dibujar sus viejas pasiones y sus viajes.
Sus dedos pasaban lentamente sobre los mapas,
se detenían en un lugar señalado en rojo,
una punzada, un río de palabras y de imágenes,
el hombre ciego recordaba,
hurgaba en su memoria el tiempo,
deshacía una a una las páginas escritas de su vida.
Fernando Sarría
lunes, 4 de abril de 2011
Certeza
por el ojo de la cerradura.
Cuando la descubrimos, ya es tarde:
ocupará su lugar, en silencio,
con la displicente insolencia
de los no-invitados.
Medrará a nuestro coste;
muchos serán los días -o las noches-
en los cuales su obstinación
resulte intolerable.
No conviene impacientarse con ella:
aún puede clavarnos más hondo
los dientes de su presencia.
Sin embargo, apenas advierta
una grieta de alegría
en el muro de nuestra tristeza ,
partirá de inmediato,
muy segura de sí misma
y libre de rencores;
es una buena perdedora.
De todos modos sabe que,
en cualquier momento,
volverá para quedarse.
Carlos Spinedi
Pintura: Holsoe
domingo, 3 de abril de 2011
La maniquí
ella usa un vestido de dos piezas de Chanel,
una cartera de Gucci,
unos zapatos de Ferragamo.
La boca ríe con rojo de Estée Lauder
y Elizabeth Arden le delinea los ojos desafiantes.
De Ralph Lauren es el tatuaje de la piel,
y de Geoffrey Beene, las piernas.
Huele a Paloma Picasso,
a agua de coco y a verbena,
no usa sostén,
pero el bikini es un diseño de Valentino.
Para el sol, cristales oscuros de la Loren.
Y a la hora de la verdad
nada como su Rolex con brillantes.
Ah, el alma le fue cortada y cosida en la casa Dior
sobre hermosos brocados persas.
Si no me quisiera tanto a mí misma
me gustaría ser ella,
la dama fea del perrito.
Bela Kuza
Pintura: Wilkinson
sábado, 2 de abril de 2011
viernes, 1 de abril de 2011
La Heredera
se han desecho de sus pertenencias:
una gran tetera de terracota,
una lámpara de aceite,
una huevera ligeramente desportillada,
un salero de porcelana amarilla, sin tapón,
una cajita de metal con un paisaje
que imita a Watteau y a la felicidad,
una bandeja pequeña de plata
donde alguien grabó con sus uñas
(y sospecho que con su sangre)
el nombre Scotland;
un cazo para calentar la salsa del pudding,
un tazón hondo de porcelana china
pintado con flores del Inferno;
una muñequita verde, en cera,
reminiscencia del tulipán,
que se salvó de alguna quema de brujas.
Una cajita de rapé Helme, el mejor.
Yo soy ahora la única heredera de Miss Holland,
pues del latón de la basura
rescaté su precioso legado.
Belkis Kuza Malé
Pintura:Linda Mann. Personal objects.