Un escritor es algo extraño.
Es una contradicción y también un
sinsentido.
Escribir también es no hablar.
Es callarse. Es aullar sin ruido.
Un escritor es algo que descansa,
con frecuencia, escucha mucho.
No habla
mucho porque es imposible hablar a alguien
de un libro que se ha escrito
y
sobre todo de un libro que se está escribiendo.
Es imposible. Es lo
contrario del cine,
lo contrario del teatro y otros espectáculos.
Es lo
contrario de todas las lecturas.
Es lo más difícil. Es lo peor.
Porque un
libro es lo desconocido,
es la noche, es cerrado, eso es.
El libro avanza,
crece, avanza hacia su propio destino
y el de su autor, anonadado por su
publicación:
su separación, la separación del libro,
como el último hijo,
siempre al más amado.
Un libro abierto también es la noche.
Marguerite Duras
Pintura: Harold Knight