Nunca lo he visto antes,
pero conozco
a ese hombre.
( Si me acercase,
distinguiría en sus ojos,
ese brillo gastado,
como sin vida,
que me recuerda, por cierto,
a los oficinistas
de mi infancia).
Pronto se llevará
la cerveza a los labios,
le dará un sorbo,
y volverá a dejarla
suavemente, sobre la barra.
Sin prisa. No la hay. No le hace falta.
Nada nuevo va a ocurrir,
y lo sabe. Se encuentra
más allá de la esperanza,
en su perpetuo
atardecer.
Conozco a ese hombre, sí,
y me da miedo.
A veces, de madrugada,
poco antes de acostarme, me mira
desde el espejo.
pero conozco
a ese hombre.
( Si me acercase,
distinguiría en sus ojos,
ese brillo gastado,
como sin vida,
que me recuerda, por cierto,
a los oficinistas
de mi infancia).
Pronto se llevará
la cerveza a los labios,
le dará un sorbo,
y volverá a dejarla
suavemente, sobre la barra.
Sin prisa. No la hay. No le hace falta.
Nada nuevo va a ocurrir,
y lo sabe. Se encuentra
más allá de la esperanza,
en su perpetuo
atardecer.
Conozco a ese hombre, sí,
y me da miedo.
A veces, de madrugada,
poco antes de acostarme, me mira
desde el espejo.
Karmelo Iribarren
Pintura:Fabian Pérez
3 comentarios:
Que buen mozo el modelo del pintor y que bueno está el retrato.
La expresión de angustia existencia y la sed de esa angustia que compensa con el wisky está totalmente expresada en la pintura.
Estremecedor, anoto este autor.
Gracias por descubrírmelo.
Un abrazo.
Lo he descubierto hace poco y combinado con las pinturas de Fabián Pérez, argentino como Ana María, hacen un binomio muy bueno ¿verdad?
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