Líbranos de la poética del caracol:
alimentarse de hojas ajenas
en el microclima de un jardín
bañado por una luna señorial
Ah, y lo peor; escribir con baba
alimentarse de hojas ajenas
en el microclima de un jardín
bañado por una luna señorial
Ah, y lo peor; escribir con baba
y arrastrándose.
Eduardo Llanos M.,
Rogativa a la historia
Pintura: M. Collier
5 comentarios:
Pero tiene casa
pero se arrastra y escribe con baba, se alimenta de lo ajeno...
¡Líbranos Señor de escribir así!
En todo caso, Marcelo, te digo que me gustan los caracoles del jardín y siempre los traslado de lugar cuando se cruzan en el camino, no vaya a ser que los pise y les destruya su casa.
jajajajajajaja muy bien!
Uy...y nosotros nos comemos los caracoles...
Nutrirse del trabajo ajeno, al calor, al servicio de los poderes y con su venia...Se ve con frecuencia y no menos sorpresa en estos tiempos.
LLanos lo tiene claro.
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