viernes, 28 de septiembre de 2018

Toma en tus manos...


Toma en tus manos
este jersey tejido en nudos de memoria.
Consérvalo, porque algún día
recordarás las manos desgastadas
que lo tejieron en las noches de tu infancia.
Y no podrás volver. Y tendrás frío
cuando descubras que vivir
a veces es llorar.
Abrígate con el amor que en el jersey está trenzado:
lo que nos quita el tiempo
ha sido el tiempo quien lo ha urdido
en formas misteriosas y sencillas
que hilvanan nuestras vidas a otras tramas.
Es imposible amar fuera del tiempo,
nada infinito hay que se alcance sin su hebra
aunque la hechura de su amor
nos muestre su belleza en sacrificio
sólo al perder a quien más hondo nos ha amado.
No pienses, como Eliot,
que sólo el tiempo vence al tiempo,
porque el tiempo es invencible.
Más bien realiza hazañas cotidianas:
piensa en mamá, aprende a tricotar
tus horas en ofrenda:
-punto de arroz,
ochos perdidos,
espigas que se cruzan
con las agujas de la vida…-
Ponte el jersey
y teje otro jersey para tus hijos.
Antonio Praena

(vuelvo a subir este poema maravilloso)

jueves, 27 de septiembre de 2018

Los gatos



Lentos
por las aceras,
inmóviles
en las repisas,
aovillados
en los sofás,

nos miran,
nos observan,
nos escrutan.

Llevan 
miles de años
haciéndolo.

Y siguen 
marcando
las distancias.

Karmelo Iribarren

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Algunos consejos...




ALGUNOS CONSEJOS DE DOÑA LEONOR
A SU HIJO EL POETA JORGE LUIS

No permitas que ella cruce el jardín de la palabra solo,
que descorra cortinas de tu sombra
o que apoye su olor en los peldaños.
Podría ensuciar los muros con leyendas.
Podría dejar dos velas encendidas
y la palabra solo nunca presta su almohada.
No compartas el taxi ni el pañuelo.
Vigila noche y día.
No le entregues la llave de la puerta.
No atiendas el teléfono.
Si te mira, no mires.
Que ella no ponga un pecho en esta casa.


Jorge Boccanera

martes, 25 de septiembre de 2018

Legión



Como puede decirlo
tan sólo quien no sabe lo que dice,
se me mueren en ti
los hombres que no he sido.

No he sido aquel que amaste, ni tampoco
el hombre que soñó que tú lo amabas.

No he sido el que ahora mismo te recuerda,
pues no recuerdo bien cuál fue mi sueño.

Posiblemente todos se extraviaron
por sendas que jamás transitaré.

Y ahora que en la noche llamo a alguien,
tan sólo aquel que un día tú quisiste
podría socorrerme si viviera.
Mas ese solamente estuvo vivo
el tiempo de tu tiempo y es por eso
mejor dejarlo aquí:
                                ya es tarde, me confundo
y debo abandonar a este que escribe
en aguas somnolientas y encontrarme
mañana con un ser desconocido
en este cuerpo mismo que me habita.
Mas, antes de entregarlo
                                          a la disolución
la última pregunta:
¿podrá tal vez la vida devolverme,
con estos mismo ojos y este llanto,
de todos los que fueron sólo a aquel
que tuvo vida en ti?

Ausente como yo, mi voz responde:
tu vida fue verdad, querido Antonio,
tan sólo con el paso de la suya.
El resto, solamente
materia de un poema.

Antonio Praena

domingo, 23 de septiembre de 2018

No me preguntes


Nunca sabré quien fui,
porque anduve perdida muchos años
persiguiendo tu sombra indescifrable
en noches pavorosas de negrura,
sin luna, farolas ni luciérnagas.

Despertaba a la orilla de mañanas
cada vez más remotas,
escasas y con la luz trufada de la tarde,
y me ponía en pie, pese al cansancio,
e iba tras la silvestre música de tu nombre.

Aferrada al ansia de encontrarte,
para andar más ligera me quité los zapatos,
me desvestí las ropas que acortaban mis pasos,
vacié los huesos de la médula
y me olvidé la vida en cualquier parte.

Elvira Daudet

sábado, 22 de septiembre de 2018

Releer a Milosz




Estoy leyendo de nuevo tus poemas,
versos escritos por un hombre cultivado,

que todo lo sabía, y por un mendigo, un vagabundo,
un emigrante solitario.
Siempre quisiste colocarte al otro lado
del poema, remontar el vuelo, ir a lo alto,
pero también avanzar hacia abajo,
hacia el lugar en que se inicia
nuestro reino tímido y humilde.
A veces la sonoridad de tus palabras
nos transforma durante un instante,
y de verdad llegamos a creer
que cada día es sagrado,
que la poesía —¿cómo podría decirlo?—
presta a la vida redondez,
la colma, le confiere un orgullo, ese impudor
que la formulación impecable trae consigo.
Pero entonces va llegando la noche,
pongo a un lado mi libro
y se reanuda el habitual rumor de la ciudad,
alguien tose, otro llora o maldice.



Zagajewski
Josep Comes i Tusquets

viernes, 21 de septiembre de 2018

Acontecer



Pasar no es sólo ir hacia fatal destino,
es también darse cuenta
de la línea del sol en el muro encalado,
de atardeceres lentos en la ciudad que habitas.


Eres cuanto recuerdas,
sin dejar el momento presente y pasajero
que ha de instalarse luego en la memoria,
y acompañar, más tarde, hermoso y rutinario,
donde buscamos fieles las íntimas presencias:
aquella voz pausada de mi madre,
el brillo de tus ojos al decir que me amabas.


¿Todo es cierto y ha sido, o está siendo?
Sólo una luz oculta que, misteriosa, invita.

Dionisia García
Evelyne Brigeois

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Con dedos invisibles...



Con dedos invisibles, por la noche,
alguien trenza de nuevo los destinos.
Recompone lo roto, le devuelve
la armonía perdida a lo imperfecto.
Cobran vida las cosas que no fueron,
y lo que el mal deshizo, vuelve a ser.
Del cerebro dañado surge un río
de aguas siempre tranquilas. De la médula
enferma crece un bosque de hayas, míralo
ahí, ahí. Lo que no tuvo forma,
lo que no llegó a ser, el niño muerto,
el destino truncado, un amor triste,
todo esto resucita en esos dedos
que vibran en la noche. Y así surge
la inconstante belleza de este mundo.
Y también la del más allá
que no conoceremos.

Eduardo Jordá

domingo, 16 de septiembre de 2018

Moscú



A treinta kilómetros de Moscú
Puedo ver las cúpulas del Kremlin
Brillando sobre la nieve
El terror de los habitantes de la ciudad
La resignación de los soldados que la defienden
Derrotados de antemano
La victoria está al alcance de mi mano
Parezco ser el único en saber
Que mi ejército es inferior al suyo
Que si gano, perderé
Que su derrota también será la mía
Por eso ordeno el retroceso
Vuelvo a casa sin asesinar
Sin incendiar
Sin humillar
Su sorpresa ante ese movimiento mío
Cuando esperaba lo peor de mí
Es mi victoria.

Bruno Noir

sábado, 15 de septiembre de 2018

Hago mi camino



Hago mi camino
 cansado y polvoriento,
y detenida y dudosa
 queda tras de mí la juventud,
que baja su hermosa cabeza
 y se niega a acompañarme.

Herman Hesse

viernes, 14 de septiembre de 2018

Rincones



Una tarde de agosto
deja caer su calma sobre el patio.
Nada rompe el silencio.
El blanco cal hace brotar la luz
de entre los gruesos muros;
los enseres descansan,
la quietud permanece,
y un hondo Miserere
va asomando su voz
a través de los tiestos
de alábega y jacintos.

Dionisia García
Patrick Gordon

jueves, 13 de septiembre de 2018

Ver



Sin conocerte acudo, entro en las asambleas.

Quisiera confirmar como Teresa,

como Juan de la Cruz,

pero ver es en mí sobre todas las cosas,

y ni siquiera sé si tienes rostro,

si podría dejar en tu mejilla un beso.

 

Es difícil caminar a tu lado,

y vuelvo la mirada por si estás a mi espalda,

y no han sabido verte mis descuidados ojos.

 

 
Dionisia García
Hamish Blakely

martes, 11 de septiembre de 2018

Me acerco a este libro...



Me acerco a este libro como a un animal quieto
y taciturno.
Acaricio su piel lisa y las páginas
todas juntas con el dedo pulgar
se mueven en abanico.
Lo vuelvo a cerrar y empiezo de nuevo:
lo acaricio.
Después hoja por hoja
sobre la esquina superior derecha
apoyo el pulgar en la página,
con el índice sostengo la esquina,
en un movimiento suave doy vuelta la página,
apoyo el dedo medio y después la mano entera.
Entonces la mano izquierda:
el pulgar sobre la hoja a mitad de la página,
el resto de la mano apoyada en la tapa.
La izquierda con el pulgar
en la parte superior
de la página derecha
se prepara
para el próximo movimiento.
Y ahí recién el libro
lenta,
tímidamente,
comienza a hablar.

Eva Murari
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