domingo, 20 de junio de 2010

Interior del paisaje


...Contempla en el jardín las flores de este otoño
las tapias recubiertas de hiedras y jazmines

y el paso misterioso de los pájaros

que vuelan de repente del lugar de una sombra,

o que buscan las ramas y se mecen

en densos y caídos surtidores
de rojas buganvilias.
No salvas nada tú, ni ellos te salvan.
Cae la tarde hoy con tan grande sosiego,

es el tiempo tan íntimo con el canto en su centro
del pájaro que escuchas...


Francisco Brines
Pintura: Henri Le Sidaner

4 comentarios:

ANA MARÍA PARENTE dijo...

Que linda casa ,me hace acordar a las casas del barrio en que vivía.Mi madre nunca dejaba crecer las hiedras que a mì me parecìan tan paquetas.

ana maria parente dijo...

Me encantaría habitar una casa así-Sería como volver un poco a mi infancia.
Con la única diferencia que mamá no permitía crecer hiedras en los muros de la casa.

Beatrice dijo...

A mí me encantan las hiedras en los muros y qué decir de los jazmines y las madreselvas, todos trepando y trepando por las paredes.
Es preciosa esta casa.

Elvira dijo...

Preciosa la casa, Beatriz. Seguro que la madre de Ana María no permitía las hiedras porque por ellas suben bichos y entran en las habitaciones. :-)

Un abrazo

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