miércoles, 30 de julio de 2014

Baile de disfraces V


Todas los días a la misma hora
unos se visten, otros se desnudan,
unos dicen adiós, otros saludan,
alguien ríe a mansalva, y alguien llora.
Todos los días a la misma hora
unos afirman ser lo que otros dudan,
unos fijan su sitio, otros se mudan,
alguien dice “después” y alguien “ahora”.
Cada día, en el mismo instante escaso,
alguien lee un poema, alguien lo escribe,
alguien deja de andar, alguien da un paso,
alguien da besos, alguien los recibe,
alguien muere, alguien nace... pero acaso
todos los días el Ayer prescribe.
Alexis Díaz-Pimienta 
Kristina Laurendis

martes, 29 de julio de 2014

Fiesta de disfraces III

 

(Llegada de un intruso)

Se ha colado en el baile un atrevido
con la cara al desnudo, y por supuesto
le hemos negado hasta el saludo: un gesto
bastó para entender lo sucedido.
¿Y sus máscaras qué?, ¿se le han perdido?
¿es temerario?, ¿es un suicida presto
a que lo reconozcan? Indispuesto
cambié de máscara y seguí escondido.
Se detuvo la música. En los vasos
se evaporaron vinos y cervezas.
No se sintieron sístoles ni pasos.
No se movieron manos ni cabezas.
El atrevido, al fin, cayó en pedazos
y el baile continuó sobre sus piezas.
Alexis Díaz- Pimienta 
Ansell

domingo, 27 de julio de 2014

Domingo por la tarde



Uno de los mayores misterios de la vida 
es el de la imposibilidad de ser feliz 
un domingo por la tarde.

Antonio Muñoz Molina en "Ardor guerrero"
Annick Bouvier

viernes, 25 de julio de 2014

Cinética


Qué rápida
la vida
y qué lentos
nuestros movimientos.

 Pablo Casares
Claire Elan

jueves, 24 de julio de 2014

La casa


Tenía para mí, la casa, un incurable
olor a trébol y pájaros mojados,
caudales de colmenas que a la noche
con dulce estruendo azul raspaban las ventanas.
Eran aquellos días de amor
en que quedábamos
a la fuga y al hielo de las doce
recostados y firmes en un banco
dibujando sombreros y jamás.
La llave de la casa con la lluvia
tenía un frío tacto de sollozo
que al meterla en la vieja cerradura
sonaba igual que un vino
tragado en el silencio.
Como el aire canela, por las puertas pasábamos
ligeros e inocentes, veloces, revoltosos.
Si yo estaba en la casa,
llamabas a la aldaba conteniendo el aliento
y en el vientre los vidrios tibios de la zozobra.
Desde mi cuarto a oscuras yo cuajaba las ansias
contrayéndome toda, volviéndome violeta.
Daban las doce fieles en el reloj del patio
y la mágica herrumbre de la llave
inundaba de luz todo el pasillo.
Bajo el racimo blanco de la lámpara antigua
mis ojos te buscaron durante tres inviernos
y a sus uvas brillantes, vi tus ojos anclados,
rojizos, en el álveo profundo de las lágrimas.
Con la quietud de un cisne sorprendido en su sueño
resistí la derrota punzante con orgullo
 y al despedirte tuve el gesto del guerrero
que, sabiéndose herido de muerte, aún sonriera.
Hubo tantas pisadas de tu alma en la mía,
tantos lodos y fosos nos fueron circundando,
que al mirar, hoy, de lejos
la frágil casa a oscuras,
me atraviesan sus acres crepúsculos coñac.
¡Cómo deshace el tiempo las casas y sus climas!
¡Qué pronto se parece la memoria al olvido!
Sobre las frías alas del recuerdo se mueven
sombras falsas, terribles,
cortinas y escombreras,
viejos libros cerrados, abejas en la piel.
Y ya no hay corredores simulados ni huellas
capaces de encerrarnos, otra vez, en sus muros.
Pasaste por mi casa, tu casa y nuestro nicho,
con el descuido propio de un pecado de amor.
Pero al huir dejaste, repleto de señales,
el camino y la brújula inútil del recuerdo.

Isla Correyero 
Francis Boileau Cadell

martes, 22 de julio de 2014

El alma de los lugares...


El alma de los lugares
nunca se entrega
a las personas apresuradas.

A. Squella
Nora Mc Phail

lunes, 21 de julio de 2014

El perfume...



"Pronto ascendió del suelo,
 devolviéndome a mí mismo, 
con esa vasta bendición del universo 
que todos experimentamos 
en algún momento de nuestra vida,
 el olor más exquisito que existe en el mundo,
 el más joven y a la vez el más inmemorial,
el más tenebroso y el más inocente,
 el más próximo al origen del mundo y el más nuevo,
 el que conmueve el corazón del hombre 
con la mayor tristeza y la mayor felicidad, 
el perfume de la tierra mojada".

Julien Green

domingo, 20 de julio de 2014

Volver



Quisiera estar en casa
entre mis libros
mi aire mis paredes mis ventanas
mis alfombras raídas
mis cortinas caducas
comer en la mesita de bronce
oir mi radio
dormir entre mis sábanas.
Quisiera estar dormida entre la tierra
no dormida
estar muerta y sin palabras
no estar muerta
no estar
eso quisiera
más que llegar a casa.
Más que llegar a casa
y ver mi lámpara
y mi cama y mi silla y mi ropero
con olor a mi ropa
y dormir bajo el peso conocido
de mis viejas frazadas.
Más que llegar a casa un día de éstos
y dormir en mi cama.

Idea Vilariño 
Sergei Vinogra

viernes, 18 de julio de 2014

Rincón


Un árbol recortado
contra el cielo
como un dibujo chino
Tú recostada
sobre su pecho
como una enamorada
Una mesa
una silla
una ventana.


Cecilia Casanova
Holsoe

miércoles, 16 de julio de 2014

La casa



La casa duerme un dudoso silencio

Ricardo Bellveser
Shelly Thayer Layton

martes, 15 de julio de 2014

Azote



Aunque sé que los dientes no rechinan
ni los ojos lloran cuando el cuerpo es polvo
ahora que estreno vacío y que construyo mis alas
un cúmulo de miedos que no son hijos míos
sutil como un disparo en el cielo de la boca
me hunde feroz los hombros y pregunta mi nombre.
Al nacer
me dieron un azote
que aún me duele.

Manuel Pujante

domingo, 13 de julio de 2014

Me gustaba...


Me gustaba imaginarme tus andanzas
por los montes de la poesía, 
la búsqueda de aquel lugar
donde el silencio de pronto estalla en habla.

ZAGAJEWSKI 
Arlene Cassidy

sábado, 12 de julio de 2014

Alaba...



Alaba al mundo herido
y la pluma gris perdida por un mirlo,
y la luz delicada que vaga

 y desaparece
y regresa.

Zagajewski

viernes, 11 de julio de 2014

Habla más suave...




Habla más suave: 
eres mayor que aquel
que fuiste tanto tiempo; 

eres mayor
que tú mismo

 y sigues sin saber
qué es la ausencia,

 el oro,
 la poesía.


Zagajewski 
Fabián Pérez

miércoles, 9 de julio de 2014

Ciuda muda




Imagínate una ciudad oscura. 
 No entiende nada. 
Domina el silencio. 
Y en el silencio los murciélagos,
 como filósofos jónicos, 
 volando toman radicales
 y repentinas decisiones
 que nos llenan de exaltación. 
Una ciudad muda. 
Está cubierta de nubes. 
 Aún nada se sabe. Nada.
 De repente, un intenso relámpago
 desgarra la noche.
 Evidentemente, el párroco y el popa
tapan de inmediato la ventana
 con un terciopelo lívido, 
 pero nosotros salimos para oír 
el rumor de la lluvia y el amanecer.
 El amanecer siempre dice algo, siempre.

Zagajewski

martes, 8 de julio de 2014

Estrella



Al cabo de los años he vuelto a ti,
gris y bella ciudad,
ciudad que no cambias,
sumergida en las aguas del pasado.
Yo no soy un estudiante
de filosofía, de poesía y de curiosidad,
ni un joven poeta que ha escrito
demasiados poemas
y ha errado por el laberinto
de calles estrechas e ilusiones.
El señor de los relojes y las sombras
ha tocado mi frente con su mano,
pero me sigue guiando
una estrella la claridad
y sólo la claridad
me puede destruir o salvar.
Zagajewski

lunes, 7 de julio de 2014

Los lunes...



...Los lunes estoy loco,
 padezco de esperanza.
Quizá agonizo,
 pero padezco de esperanza...


Antonio Gamoneda
Giarrano.

domingo, 6 de julio de 2014

Ahora que no estás


Hablo del tiempo que pasa borrándolo todo.
De los números que fechan el dolor.
De la sombra de los cipreses;
de su lenguaje de nieve, hablo.


 Antonio Marín 
Hoy, 32 años que ya no estás...

sábado, 5 de julio de 2014

Amor




Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.
Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.
Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.

Antonio Gamoneda
Rob Hefferan

viernes, 4 de julio de 2014

Y la noche




Has cruzado despacio la ciudad.
Por una vez, tú no vas a trabajar
ni a comprar una medicina ni a entregar una carta:
has salido a la calle para estar en la noche.

Tienes suerte esta vez:
toda la noche es tuya y te envuelve

y tú te sientes como si fueras a reunirte con tu madre y piensas
que quizás es bueno existir debajo de las estrellas.

Avanzas en la oscuridad y vas sabiendo 

que también es bueno ir por las calles y escuchar tus pasos
y sentir la noche de los que ya duermen
y comprenderlos como a un solo ser,
como si descansasen del mismo cansancio
todos en el mismo sueño.

Pero avanzas más.
Ahora ves
la pobreza insomne, ves el frío
blanco y carnal, y, finalmente, sientes
que pesa mucho, demasiado,
tu corazón.

Y retornas.



Antonio Gamoneda

Gracias Ana

jueves, 3 de julio de 2014

Poema de los dones



Gracias quiero dar
por la noche y por la lluvia
que nos devuelve la memoria de la madre.
Gracias por la mujer
que da forma a la belleza,
por el sexo, que une
en una sola carne
dos soledades,
y por el sueño que nos permite
el viaje a la muerte
y el regreso.
Gracias por el viento
que nos hace extraños de nosotros mismos
y por la piedra
que aspira a soñar la eternidad.

Gracias quiero dar por los niños
Que no conocen ni la culpa ni la muerte,
y por la música,
alma en epifanía transcendida.
Gracias por la luz que nos devuelve el mar
en los ojos de la amada
y por el aire vivificante y saludable.
Gracias por la belleza que nos llena y acobarda
y por el amanecer
que nos ofrece la ilusión de la primera vez.

Gracias
por la Juventud y por los sentidos
por el laurel y por el trigo.
Gracias por el vino, que nos sume
en un tránsito indoloro,
por la hierba, más tenaz que el tiempo,
y por el arte, 
que nos transciende y sobrevive.
Gracias quiero dar
por los días que compartes conmigo,
por la caricia y por el beso.

Gracias por el mar, absoluto y poderoso.
Gracias por el silencio y por el verso 


Xulio  López Valcárcel
Albrecht Dürer

miércoles, 2 de julio de 2014

Instante


¿Cómo no estar conforme precisamente ahora
-e incluso para siempre- con la vida,
cuando el sol de esta tarde fría y azul,
muy bajo ya, se adentra por mi casa
y hasta el fondo penetra sin ningún titubeo
y convierte a su paso cuanto toca
en oro vivo y repentino, en oro
que nada durará, pero que llena
de compasión el mundo para mí en este instante?


Eloy Sánchez Rosillo
Colley Whisson
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